Mis amigos, el fotógrafo Gary y el redactor gigantón ‘Barney’ llegaron al restaurante para llevarse un sabroso estofado de osobuco con papita amarilla, arroz blanco bien graneadito y su emoliente calentito.
‘María, fuimos a buscar al legendario periodista de policiales, El Sonámbulo, para que opine del ‘quemanalgas’, el loco que merodeaba las estaciones del Metropolitano y con un chisguete rociaba ácido en el derrier de inocentes pasajeras, pero el periodista ‘lechucero’ nos dijo: ‘coleguitas, esta captura me trae a la memoria un caso traumático, el de la infortunada Eyvi Ágreda de 22 años.
Ella, el martes 24 de abril del 2018, fue rociada con gasolina y quemada viva mientras viajaba en un bus que circulaba por Miraflores. Su agresor, Carlos Hualpa Vacas (36), subió al autobús encapuchado y se ubicó cerca de la guapa jovencita, quien dormitaba sentada en su asiento.
Con total sangre fría, Hualpa sacó de su mochila una botella de yogurt a medio llenar con gasolina y la vació sobre el cuerpo de su víctima. ‘El bus se movió y a mí también me cayó un poco. Luego cogí un fósforo, lo prendí y se lo lancé’, relató a los policías el miserable. La muchacha despertó envuelta en llamas, dando gritos de dolor y pidiendo ayuda.
El incendiario huyó como las ratas con algunas quemaduras. En el tumulto, esa antorcha humana llamada Eyvi, también quemó a otros pasajeros pero al final logró salir y apagaron su cuerpo con un extintor, lo que le ocasionó mayores heridas. ¿
Qué sucedió para que la muchacha reciba tan salvaje agresión? Nada, absolutamente nada. ‘La quemé porque no quería ser mi novia. Le propuse estar juntos en octubre del 2015 pero ella me dijo que tenía enamorado.
Yo no quería matarla, solo desfigurarla para darle un escarmiento’. les relató a los efectivos como si estuviera contándoles sobre un paseo por el campo. La joven y su agresor trabajaban juntos en un service y al principio cultivaron una amistad hasta que, después de ser rechazado como enamorado, comenzó a acosarla.
Cuando la policía lo capturó y le vieron las quemaduras, ya no pudo mentir más y del miedo se orinó en los pantalones. Lo alucinante del comportamiento de este feminicida es que se creía inocente, que la culpable de su desquiciado accionar era la joven porque no le dio bola: ‘El año pasado cuando la vi triste, le regalé un peluche y un ramo de flores, pero ella se molestaba, decía que no era su pareja (...). Sentía que tenía que darle un escarmiento’.
Eyvi murió el 1 de junio del 2018, después de una terrible agonía. Hualpa Vacas se pudrirá más de 30 años en prisión, aunque los familiares de Eyvi gritaban en el entierro !!ojo por ojo, diente por diente!! !!quémenlo vivo!!”. Pucha qué historia tan terrible. Me voy triste, cuídense.