Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tacu tacu de frijoles con huevito frito, salsa criolla y, para la sed, una chicha morada fresquecita. “María, el Perú es un país religioso. La mayoría son católicos, aunque muchos no vayan a misa con regularidad. Sin embargo, el peruano es creyente y tiene devoción por el Señor, la Virgen María y los santos.
Hace unos días ese tremendo fervor se volvió a ver con miles y miles de personas haciendo largas colas cada día en las las afueras del santuario de Las Nazarenas, en la avenida Tacna, para ver aunque sea unos instantes a la imagen del Cristo Moreno.
Hoy comienzan los homenajes a San Martincito de Porres, el santo moreno de la escoba al que mucha gente le tiene bastante fe por milagroso. Creo que los creyentes y no creyentes tenemos que aprender muchísimo de él, que fue el primer santo mulato de América. Si así fuera, nuestro país sería un lugar mucho mejor, viviríamos en paz y sin injusticias.
Es que Martín fue un fraile dominico humilde y sencillo que dedicó su vida a ayudar a los pobres. Fue un modelo de obediencia y caridad que ya en su época ganó renombre por su bondad y milagros al punto de que el mismo virrey lo visitaba para hacerle consultas.
Nació en Lima en pleno virreinato, en el año 1579, y su mayor virtud fue la humildad, pues para él primero estaban los demás antes que sus propias necesidades. Hijo de un noble español y de una negra liberta, recibió de esta una cuidadosa formación cristiana. Famosa es la ocasión cuando el convento en que vivía pasó graves problemas económicos, por lo que el prior tuvo que vender varios objetos y Martín se ofreció a ser vendido como esclavo para ayudar. Su superior, conmovido por semejante gesto, no lo aceptó.
Se le atribuyen una serie de milagros, como el don de la levitación. Varios testigos en diferentes oportunidades señalaron que lo vieron elevarse del suelo cuando rezaba con bastante devoción. También se afirma que curaba a enfermos desahuciados y es conocida la vez que suspendió en el aire a un albañil que caía desde un alto andamio, evitando así su muerte.
También cuentan que tenía dominio sobre la naturaleza y que los animales le obedecían. La escena del perro, pericote y gato comiendo en paz de un solo plato se ha hecho famosa en varias partes del mundo.
El cine y la televisión han recreado su vida en varias películas, series y telenovelas. En Perú, tal vez la más conocida es la telenovela mexicana ‘El cielo es para todos’, de 1979, que protagonizó René Muñoz con mucho éxito. Sigamos su ejemplo, aunque sea un poco, para ser mejores personas”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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