Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomo al jugo con papitas doradas, arroz bien graneado y una manzanilla calientita. “María, solo en un país como el nuestro, donde los más sinvergüenzas se burlan de la justicia a la vista de todos, puede perpetrarse un desastre ecológico de la magnitud que se ve en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, en Madre de Dios, donde la minería ilegal que busca oro, desde el 2012 ha destruido, envenenado, arruinado para siempre y convertido en barro inerte más de 4 440 hectáreas de selva hermosa y llena de vida.
Se trata de un espacio más grande que San Martín de Porres, que es uno de los distritos más grandes de Lima, o cuatro veces el territorio del Rímac o Miraflores. ¿Cómo es posible que sigan pasando los años y nadie sea capaz de detener a esos sujetos, que están destruyendo lo mejor del Perú? Porque esta deforestación viene de muchos años atrás, no arranca en el 2012. Ni presidentes de la República, congresistas, jueces, fiscales ni ninguna otra autoridad ha podido contra esos miserables, que ganan millones de dólares al año. No se trata de gente pobre, como quieren hacer creer.
Estos individuos, que no pagan ni un sol de impuestos al Estado ni dan beneficio social alguno a ningún trabajador, contratan a niños, mujeres y hombres humildes a los que explotan de forma vil, a los que hacen trabajar en las peores condiciones y a quienes, además, utilizan para hacer sus marchas cuando ven en peligro su sucio negocio, que es un verdadero cáncer. De esa forma, por cada kilo de oro ilegal, esos individuos ganan unos 35 mil dólares. Mientras tanto, asesinan miles de árboles y animales e infectan para siempre con mercurio y otros químicos las lagunas y tierras.
En los campamentos que montan no hay leyes ni autoridad, por lo que es común que se perpetren asesinatos que quedan impunes y abunde la explotación sexual de menores de edad. ¡El infierno en la tierra! Y pese a todo el mal que hacen, la congresista fujimorista Alejandra Aramayo presentó en marzo último un proyecto de ley inaudito que busca retirar el delito de minería ilegal del crimen organizado. ¡Increíble!
Aunque el trámite en el Congreso de esa iniciativa fue suspendido por la misma parlamentaria, no deja de preocupar que se den situaciones de este tipo en el mismo Congreso. Kuczynski debería tomar la bandera de la lucha contra la minería ilegal y no parar hasta que se deje de destruir nuestros bosques. De setiembre del año pasado hasta este mes se han destruido 460 hectáreas de bosques y continuarán haciéndolo si no se frena a esos asesinos”. Qué lástima. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.