Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines saltados de carne con su ajicito y una jarrita de chicha morada para calmar la sed. “María, el domingo ‘Cuarto Poder’ difundió audios que involucran al presidente del INPE, Iván Paredes, con el presunto cobro de una coima de 80 mil soles a cambio de facilitar la liberación de un expolicía condenado a 30 años de prisión por secuestro agravado.
En las grabaciones, el funcionario admite a la esposa del preso que le adeuda esa cantidad y hasta le dice que le depositará 500 dólares y que le entregará su reloj de 800 dólares para que no lo denuncie. El gobierno de José Jerí está reaccionando de manera muy lenta en este caso, pues la noticia ya tiene varias semanas. Incluso, según el abogado de Adela Huamancusi, esposa del policía internado, Marcos Quispe Riveros; Paredes se ha negado a acudir a hacerse una pericia de voz.
Mientras el país sufre una ola delincuencial jamás vista, y las cárceles son una extensión de las mafias, no se puede tener a un personaje así al frente del INPE. Cualquier política que quiera tomar el régimen caerá en saco roto con Paredes como responsable de las cárceles. Necesitamos una persona honesta, un gran profesional de mano dura para poner orden en los penales, que es donde empieza la cadena de extorsiones en Lima y el resto del país.
De nada vale cambiar el régimen de los presos, construir penales de máxima seguridad, colocar detectores de señales de internet y otras cosas más si el INPE sigue a la deriva. Por favor, señor presidente, tome las decisiones que debe y no deje pasar ni un segundo más. Ayer, Iván Paredes intentó desmentir el caso de la presunta coima señalando que la voz de los audios no es suya. Demoró bastante en hacerlo, pues la denuncia se conoce por lo menos dos meses atrás.
Si dice la verdad, lo primero que debería hacer es ponerse a derecho y permitir que hagan un peritaje. Pero no quiere hacerlo, según la denunciante, porque algo ocultaría. Pero ese es otro caso. No tiene el perfil para el puesto”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
