
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudadito de mero con su porción de arroz y rocotito molido. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada. “María, la gastronomía peruana es un boom en todo el mundo. Es más, el restaurante Maido, de Mitsuharu ‘Micha’ Tsumura, fue elegido como el mejor del planeta hace poco en el ‘The World’s 50 Best Restaurants 2025’. Antes había sido Central, del chef Virgilio Martínez. Todo un orgullo. Esto hace ver que los emprendimientos de comida en el país pueden ser un éxito. Solo hay que ser honesto y pensar siempre en el cliente. Dar un buen servicio, excelente trato y no engañar con los insumos. Conozco restaurantes criollos que al pedir un cebiche de mero lo sustituyen por perico; a su vez, la cabrilla suele ser reemplazada por lisa y la cojinova por el falso volador. Eso no se hace.
Por eso muchos de estos negocios fracasan porque la gente no es tonta y a la larga se dan cuenta del engaño. No hay que matar a la gallina de los huevos de oro. El sector gastronómico tiene un techo enorme. Y si se trabaja bien, puede ser nuestra fuente de ingreso por muchos años. También se debe investigar, hacer fusiones con otras gastronomías para enriquecer los potajes. Porque la comida peruana es fusión ciento por ciento. Tenemos de árabe, español, italiano, quechua, selvático y chino. Todo esto potenció nuestros platos y hoy son nuestra bandera, como el rico lomo saltado, el arroz chaufa, el seco de cabrito, el tallarín saltado o el juane. Poner un negocio de comida no tiene pierde si se trabaja bien. Se puede empezar de a poquitos y luego agrandarlo. Pero el trato y la honestidad son fundamentales. Los precios también, pero siempre dando calidad. En estos tiempos de crisis económica, siempre vienen bien los emprendimientos. Hay que ir pensándolo, viendo presupuestos, menaje, mobiliario y local. Y la carta. Esto es muy importante para diferenciarse de los demás. Hay que tener un plus, algo diferente y mejor. Los primeros tiempos son difíciles, complicados, pero pasada esa tormenta vienen los éxitos”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.








