Mi amigo Gary llegó al restaurante por una generosa porción de pachamanca, con sus papas, habas y humitas, ajicito molido y una jarrita de limonada para calmar la sed.
“María, somos más de 31 millones de peruanos, pero lo que muchos no saben es que, de esa cifra, según el propio Instituto Nacional de Estadística e Informática, hay más de 3 millones de compatriotas que viven en el extranjero. Hay peruanos por todo el mundo y en su mayoría están en Estados Unidos, Argentina y España. Estos compatriotas representan una increíble fuerza humana y moral, pues ni el tiempo ni la distancia les hace olvidar a su amado Perú, al que recuerdan, extrañan y añoran.
Este sentimiento se pudo apreciar en el último Mundial de Fútbol, que se celebró en un país tan lejano y de clima hostil como Rusia, pero hasta allá llegaron muchos peruanos de distintos rincones del planeta para respaldar a la ‘Bicolor’. De ellos, en parte, es el mérito del único premio obtenido por Perú en esa justa deportiva, ‘a la mejor hinchada del mundo’. Lo mismo se vivió en la Copa América de Brasil, adonde llegaron peruanos de Estados Unidos y diversos países de Europa y Asia. En cada partido disputado en el exterior, los peruanos asistentes entonan, con mucho orgullo y a todo pulmón, no solo las sagradas notas de nuestro Himno Nacional, sino también ‘Contigo, Perú’, ‘Y se llama Perú’ y ‘Cómo no te voy a querer’.
Los peruanos en el extranjero tienen este mes otro motivo para expresar su amor al terruño que los vio nacer, las Fiestas Patrias. Por estas fechas coordinan y se organizan, ya sea mediante sus colonias y Facebook, para juntarse y rendirle honor a la patria con diversas actividades. Dejan por un momento los estudios y el trabajo para bailar un vals, un huayno o una cumbia peruana, hasta contratan a cantantes y orquestas de nuestro país.
También para degustar el rico lomito saltado, un arroz con pollo, papa a la huancaína y cebiche. Hasta se juegan sus pichanguitas. Sin duda, hacen lo posible para, por un momento, tratar de vivir como si estuvieran en su lindo Perú. Muchos de estos compatriotas quisieran regresar para siempre, pero se abstienen de hacerlo para seguir trabajando y enviarles las remesas a sus familias. Es un sacrificio enorme el que hacen.
Como dice la canción de Pedro Suárez-Vértiz, que se ha vuelto un himno para muchos migrantes, ‘Cuando pienses en volver, aquí están tus amigos, tu lugar y tu mujer, y te abrazarán, dirán que el tiempo no pasó y te amarán con todo el corazón...’. Ellos saben que siempre serán bienvenidos porque son de los nuestros”. Tiene razón mi amigo Gary. Me voy, cuídense.
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