Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arrocito con pollo con presa grande. Para tomar pidió un emoliente al tiempo. “María, cientos de miles de personas participaron ayer en el paro de transportes, cuyo objetivo es exigir al gobierno guerra total contra las mafias de extorsión y sicariato. Choferes, comerciantes de Gamarra, bodegueras y obreros de construcción civil están cansados de pagar cupos a delincuentes y, si no cumplen, los matan a balazos.
Ellos están indignados porque a la presidenta Dina Boluarte parece no importarle esta situación y solo se dedica a defender a su ministro del Interior, Juan José Santiváñez. Además, se pone malcriada con los periodistas que le preguntan por el ‘cofre’ presidencial, cuyo chofer es sospechoso de haber transportado al prófugo Vladimir Cerrón, y no tiene la misma actitud con las organizaciones criminales que estrangulan al pueblo. Es penoso que las mafias aterroricen a los humildes bodegueros para que paguen cupos, sino les meten un bombazo.
O maten a los mototaxistas que se ganan la vida honradamente. Ya son varios los choferes de micros asesinados por los sicarios, solo porque no cumplieron con abonar el monto que les piden. Ya casi no hay actividad económica que no sea extorsionada en el país. Dentro de poco los grupos delincuenciales van a terminar pidiendo dinero en las viviendas. Presidenta, reabra los penales de El Frontón y El Sepa (en medio de la selva) para encarcelar allí a los criminales.
Coordine con el Congreso leyes que endurezcan las penas a los cabecillas de bandas como, por ejemplo, para confinarlos en prisiones de alta seguridad sin posibilidad de recibir visitas o tener relación con los demás reos. Señora Dina Boluarte, estamos en guerra contra el hampa y esta nos va ganando. En la guerra hay que ser duros. Los blandos pierden siempre. La sociedad está harta de la violencia, los robos, asesinatos, extorsiones y violaciones”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense. peruanos
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