Mi amigo Gary llegó al restaurante por sus chuletas de chancho con papas doradas y nabo encurtido, acompañado de una taza calientita de anís para bajar la grasita. “María, encontrar a la pareja ideal es una tarea muy difícil tanto para el hombre como para la mujer. En el amor hay que sentir con el corazón, pero pensar con la cabeza. Es cierto que no todo puede ser programado, pues sería frío y lleno de monotonía. Además, en lo fortuito o inesperado muchas veces está el encanto. Para mí, no tiene sentido agarrar uno de esos catálogos que muestran ciertas páginas de Internet dedicadas a buscar pareja. Elegir a la persona con la que debemos pasar el resto de nuestros días es una decisión tan importante que se debe analizar hasta ese ‘amor a primera vista’ que mucha gente dice haber encontrado. No es suficiente que una persona le guste o atraiga a otra, pues también es necesario que haya compatibilidad y disposición para compartir sentimientos y proyectos. De no ser así, es probable que la relación no progrese. La compatibilidad va más allá de los rasgos físicos y el carácter. Te paso algunos de los principales rasgos encontrados en investigaciones de diversas universidades para hallar a la persona apropiada.
* Compartir ideas en común acerca de la familia, la convivencia, los valores morales, los hábitos y la profesión.
* Identificar la afinidad en las diversas áreas de la vida, así como en lo emocional y psicológico.
* Debe tener en claro cuál es su proyecto de vida. Busque una persona que lo acompañe en ese propósito. De lo contrario, llegado el momento, tendrá ganas de manipular a su pareja para que cambie.
* Percibir la madurez y equilibrio emocional al momento de enfrentarse ante un reto o problema.
* Verificar la capacidad de administrar los ingresos y la estabilidad económica.
* Compartir aficiones, gustos y momentos en común para fortalecer la relación.
* Manténgase fiel a sus principios. Encontrar a alguien para compartir no debe significar ceder o cambiar lo que uno es solo por complacer a esa otra persona.
* Considere el aspecto intelectual, la cultura. Lo mejor es que sean similares o parecidos, pues las diferencias golpean especialmente a los hijos e influyen en las posibilidades de alcanzar metas juntos.
* Ámese. No puede esperar que los demás lo amen si no se ama a sí mismo. En el amor hay que tener dignidad”. Pucha, tiene razón mi amigo Gary. Me voy, cuídense.
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