El Chato Matta llegó al restaurante por un cebichito de cachema con bastante ají limo y un sabroso arroz con mariscos con quesito rallado encima. “María, el jueves estuve tomando un roncito Cartavio X0 con Pancholón y el abogado chalaco ‘Calulo’. Pancho me contó que se encontró después de seis años con el gran ‘Vitito’ Reyes en su festival en el Sima, del Callao. El morenaje estaba ‘picado’ y de frente encaró a Pancholón.
- VITITO: Pancho, te veo mal, en decadencia. Tienes tres cajas de cerveza a tu costado, estás rodeado de fiscales, jueces y abogados, y ningún ‘calzoncito’ respetable. Han bajado tus bonos, ahora la ‘Tía poco floro’ te cuida la maleta en la tribuna. Ya estás con el síndrome de los 50, tu celular ya ni suena...
- PANCHOLÓN: Tranquilo, zambito, tu época ya fue. Estoy mirando todo el local y ninguna de esas pelo pintado que te seguían cuando jugabas en Alianza y Boys ha venido a colaborar contigo. Ya no estás en el ranking. Para mí, eso significa que a ninguna dejaste marcada. Veo puro pantalón, hinchas, picadores y ‘terciadores’. La pelotita te daba color y ahora pareces jubilado.
- VITITO: Ubícate, gordito. Yo tengo códigos, a mi personal no se le ‘centra’ a los leones. Los festivales para hombres, a las mujeres, para darles amor entre cuatro paredes. Te aclaro que estoy entero, no necesito pastillones ni hacer luz con una Jeep. La firme que no creo que alguien te pare bola si estás todo aguado y flácido. Ni siquiera tus Nike último modelo ni tu achote te levanta los bonos. Yo con un ‘roncola’ hice mía a varias, incluso una rubia que publicó un libro. No necesito whisky etiqueta dorada, un XO o un champán Don Péringnon para sazonarlas. Yo no invierto más de 50 soles por salida.
- PANCHOLÓN: Negrito, te quitaron la chamba en el periódico más leído de Latinoamérica porque ya no tenías historias. Ahora te reemplaza un gil como Ruckelly, que con dos chelas se queda dormido. Yo soy presente, sigo vigente y La Posada ya es mi casa propia. Esos cuartos me pertenecen. Con tantas que he desfilado por ahí ya pagué el terreno y la construcción. Papá, la pepa y el carisma es hasta los 35 o 40, después brillas con monedas. Yo la tengo clara. Nunca me enamoro de las trampas.
- VITITO: Te considero un gordito callejero y pintoresco. La diferencia entre tú y yo es mi pegada. El camote, la carapulcra y la carne de caballo de mi rico Chincha me tienen en buen estado. Tengo potencia. En mis tiempos de 6 corría toda la cancha, pero ahora soy 10. Recursero, talentoso y hago la precisa. A ti te veo loquito, a todas les quieres ir y lo peor es que estás mal de la próstata y el cuerpo no te responde. Ya me contaron que la vez pasada te quedaste dormido en La Posada y te ‘bolsiquearon’. Las flacas ya te alucinan como un abuelito. Solo te falta tu frazada y tu anís caliente.
- PANCHOLON: Vitito, te volteo y no te caen ni 5 mangos. Te reto a una encerrona para ver quién es quién. Tú pones los ‘pescados’ o los pongo yo, tú dirás. La otra semana te voy a destrabar”.
Asu, la conversación se puso caliente. Me voy, cuídense.
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