El Chato Matta llegó al restaurante por un estofado de osobuco, arroz blanco graneadito, crema a la huancaína y su jarrita de chicha morada al tiempo. “María, la semana pasada se produjo el alucinante diálogo entre  y Vitito en un festival de fulbito en el Callao. La conversación se puso picante. De fondo se escuchaba el tema clásico de Ismael Rivera, ‘El incomprendido’: ‘Yo, yo, yo, yo creo que voy solito a estar cuando me muera,/ he sido el incomprendido/ ni tú ni nadie me ha querido tal como soy...’.

PANCHOLÓN: Zambito, tu cuarto de hora ya pasó. Se viene el Perú - Colombia en el Nacional y como nunca fuiste, la Federación no te manda ni una popular de cortesía. Ya me contaron que te han visto haciendo cola, pero no para comprar una entrada, sino para vender el sitio a 10 mangos. ¿Dónde están todas esas blancas que subían a tu Mazda rojo y te daban color? Todas están tías, casadas y tú, como tu carro, viejo y destartalado...

VITITO: Pancho, me dices que has sido narrador de los bravos, pero la verdad nunca te escuché gritar un gol como Peredo, mi tío Elejalder o Toño Vargas. Tu radio parecía una parrilla, sonaba como una sartén friendo un huevo. Yo me puse la de Alianza, de la selección, la del Boys y Muni, a ti nunca te vi ni en un canal pirata. Tanto te botas con que eres el ‘Julio Iglesias del pueblo’ y no te conozco ni una de la farándula. Lo tuyo es puro chancay...

PANCHOLÓN: Negro, enséñame una foto con la camiseta blanquirroja para creerte. A ti te recuerdan por el puñetazo que le metiste al paraguayo Pedro Garay en el ‘Carbajo’ y por tus ‘boleteadas’ a puro ron. Yo soy de otro nivel, me muevo con juezas, fiscales, psicólogas. Lo tuyo fue agarrar loquitas pelo pintado, colorete bamba y carteras imitación de Gucci o Dior. Nunca levantaste una chica sana y menos una Copa, porque hasta el roncola te lo empujabas en vaso de plástico descartable. Yo he narrado en los mejores estadios de Sudamérica y a ti jamás te vi en el Monumental de River, ‘La Bombonera’, ‘El Campín’ ni en el Centenario...

VITITO: Pregúntale a tus colegas periodistas, yo tengo más goles que el ‘Patrón’ Velásquez en Primera. Me puse la sagrada blanquirroja en un Sudamericano Juvenil de Paraguay con los potrillos, los ‘finaditos’. Todavía estoy entero, a mí me vienen a buscar, no hago finta con billete ni camioneta. En mis tiempos era ‘6’ y me comía el mediocampo, ahora soy ‘8’, manejo los tiempos y la toco con calidad, dejo bien a los varones...

PANCHOLÓN: Negrito, me da pena que vivas de recuerdos. Yo me estoy proyectando para la Corte Suprema, mientras tu nivel es un hotel pulgoso de dos estrellas sin agua caliente. Desde que saliste de Trome, nadie te para balón, más bien te aviso que hay una chamba para ti en la funeraria de Agustín Merino. Ahí los cargadores ganan su buen ‘bolo’.

VITITO: Pancho, la fulería es lo tuyo. Yo sé lo que es tener dinero a montones y también comer mi rico menú en el mercado de Magdalena. La plata va y viene. La clase no se compra en una farmacia. Invierte y paga capricho para que te alucines ganador”. Pucha, esos dos son un par de sinvergüenzas y mujeriegos... Me voy, cuídense.

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