
El Chato Matta llegó al restaurante por unos tallarines rojos con una tremenda presa de pollo, papita a la huancaína y una jarrita con agua de anís tibiecita para la buena digestión. “María, el gran Pancholón me mandó un mensaje por ‘wasap’. ‘Chatito, tú eres mi único amigo, cuídate de los traidores y puñaleros que están cerca a ti, como dice ‘El padrino’. Vente volando al sauna que el chinito Richard va a cambiar la hierba y le va a poner cascaritas de naranja’. Llegué y me abrazó.
‘Chato, todos me ven ganador, con camioneta del año y billete, pero la vida de un mujeriego es muy estresante. Muchas locas se cruzan en mi camino. Aquí en el sauna me relajo, soy feliz. El viernes me fui a bailar con mi chamita, la abogada tóxica, quien está molesta conmigo porque confesé que pienso en otras mujeres cuando le hago el amor. Pero lo mejor es decir la verdad, soy callejero de toda la vida y así moriré.
La salsa empezó a retumbar. ‘Los besos de mi boca no fueron suficientes/ para que te quedaras conmigo para siempre/ no me alcanzó el cariño para ver que contestas/ te amaba como un loco y no te diste cuenta/ me resultaron falsas toditas tus palabras/ tus manos me mentían cuando me acariciaban/ ¿de qué sirvió rogarte para que te quedaras?/ mi error fue darte todo cuando no vales nada/ me vas a extrañar, apuesto lo que quieras que vas a buscarme/ y vas a llorar porque tú a mí jamás supiste valorarme/ te vas a acordar de todas nuestras travesuras/ pero será muy tarde/ me vas a extrañar porque un amor como este/ fácil no se olvida y nadie sabrá hacer todas las cosas/ que yo a ti te hacía/ pero fue un error entregar mi corazón a quien no lo merecía’.
La tóxica me susurraba en la oreja: ‘Cuando te deje, ahí vas a sufrir, no vas a encontrar a otra mujer como yo que te ame y te cuide cuando estás enfermo, ahí me vas a extrañar’. Pero la mente de Pancholón estaba en otro lado, pensando en una linda vecinita con quien se reencontró después de muchos años y hacen travesuras en un cuarto con jacuzzi y burbujitas en La Posada.
La tóxica se dio cuenta de que no le prestaba atención y empezó a vociferar en medio de la pista de baile: ‘Eres un zorro viejo, tú no vas a cambiar, no me vas a valorar como tu mujer que soy’. Pancholón, asustado, le dijo: ‘Discúlpame, perdóname, la vida es una sola, yo a mi edad no puedo estar con una persona como tú. Tengo que ser como dice Susy Díaz: ‘Vive la vida y no dejes que la vida te viva’. La vida es una sola y hay que disfrutarla’.
La tóxica no aguantó más y le mandó tremendo cachetadón, mientras le decía ‘olvídate de mí y métete con cualquier mujerzuela, maldito sinvergüenza’. Pancholón temía que la chamita cometa una locura contra él, así que salió corriendo del local”. Ese señor Pancholón qué cochino y sinvergüenza es. No cambia. Va a acabar viejo y solo. Me voy, cuídense.








