El Chato Matta llegó al restaurante por un cebiche de corvinilla y su arrocito con mariscos con pota, calamar y choritos. Para calmar la sed, se pidió una jarrita de agua de carambola heladita. “María, la semana pasada te comentaba del encuentro entre Pancholón, recién llegadito de Estados Unidos, y el famoso doctor Chotillo. La salsa de ‘El Gran Combo’ sonaba a todo volumen: ‘Así son, así son las mujeres/ así son cuando se quiere,/ tú me dejaste a mí, pero pensando que yo era pobre/ Y te paseas por ahí, pero cambiando oro por cobre,/ hay que mira como son/ así son las mujeres...’. El diálogo se puso picante.
CHOTILLO: Gordito, entiende que somos realidades distintas. Ahora estoy viviendo en Las Casuarinas, en las noches me siento en mi terraza, fumo un cigarrito y veo todo Lima, y manejo un Porsche de 100 luquitas gringas, mientras tú estás debiendo tres meses de alquiler y mantenimiento de tu depa. Ya estás viejo y sigues como loquito buscando antros con tus amigos misios, que hacen chancha para comprar un whisky etiqueta roja. Yo ya no salgo mucho, pero cuando me escapo, bajo a la discoteca ‘La Basílica’, donde hay señores cueros. El otro día estuve en un box con el ‘Rey de los casinos’, cada uno se puso un etiqueta azul, hacemos hora un rato y de ahí nos vamos a otro point y dejamos las botellas por la mitad...
PANCHOLÓN: Oye, parroquiano, estás viviendo tu fantasía. Eres pobre de alma y de mente, te fijas en una casa, un carro y una discoteca, cuando el vacilón es divertirte, florear y que te paren bola por lo que eres y no por lo que tienes. En el mundo de la tramposería estás tarifado como paganini y das pena. Así manejes un cohete, de esos que van a la luna, yo voy en sandalias y fácil te arrancho a tu personal, porque eres perdedor desde chibolo. Nunca tuviste calle. Yo te di color. A los 40 años no puedes abrir los ojos ni ser parador.
CHOTILLO: La envidia te carcome, no te hace avanzar. Te cuento que un amigo me está vendiendo dos caballos y los voy a correr en Monterrico, van a competir con el de Paolo. A ti, la vez pasada, te vieron recogiendo huesitos de Roky’s y Norky’s para llevárselos a tu perro, al que ni siquiera vacunas. No puedes competir conmigo, lo tuyo es seguir haciendo payasadas, chanchitas, sacando la lengua a las trampitas de tus amigos. No te conozco una buena, pura chancadita...
PANCHOLÓN: Veo que compras todo en la vida, no conoces el significado de la palabra amor, no sabes lo que es un beso sincero, con los ojos cerrados, y que te hagan el amor con pasión. Te recomiendo que te busques un seguro, porque cuando estés de bajada, ni las moscas te van a servir una taza de café.
CHOTILLO: Pancho, las flacas me ven como chocolate y se me regalan. Estoy en mi momento, tú ya fuiste.
PANCHOLÓN: Qué triste es tu vida. Estoy seguro de que cuando hacen el amor contigo, están pensando en otro...” Asu, qué fuerte. En qué acabará este diálogo. Me voy, cuídense.