El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso chanchito a la caja china con papitas horneadas y ensalada fresca con rabanito, pepino y tomate. Para bajar la grasita, pidió una jarrita con anís calientito. “María, me timbró el gran . Contesté y escuchaba música a todo volumen. ‘Chatooooo, ya estoy de vuelta en mi amado Perú, baja urgente a mi depa privado. Somos los que somos, circuito cerrado. Esta noche campeonas con unas venecas riquísimas’. Apenas llegué escuché una salsa pegajosa de Yahaira y Michel Robles, ‘Amantes’. ‘Si lo nuestro no está bien / sin querer uno se enamora / si contigo yo la paso bien / así sea por un par de horas / Somos amantes, inocentes / De lo que estamos sintiendo / Tengamos un secreto/ Y que nadie sepa de eso /...’. Con un roncito Cartavio X0 en las rocas escuché este diálogo.

PANCHOLÓN: Chotillo, salud causa, pero he llegado a la conclusión de que pierdo mi tiempo hablando contigo de mujeres. No eres rival de peso. Yo puedo debatir con Macchi, Meier, los Agostini, ‘Pato’ Parodi, Nicola, pero tú estás treinta metros bajo tierra. Acabo de venir de mi gira por Miami, Los Ángeles, California y New Jersey, donde demostré ante cubanas, ‘portorras’ y dominicanas que sigo siendo el gordito picarón y picaflor de toda la vida. Dejé bien a los peruanos con mi floro carisma. Con mi look de ‘Bad Boy’, hasta en sandalias campeoné en South Beach. Las rubias me decían ‘baby, ven a mí’. Soy como el chicharrón de los domingos, carne y grasita pa’ casa...

CHOTILLO: Oye gordito, bájate de tu nube. A los 50 te ha dado por fantasear, pesas más de 100 kilos, estás todo desmondongado y te aseguro que ni la ‘Tigresa del Oriente’ te hace juego de luces. Lo tuyo es la Trinchera, una fulanita de taco 5 para abajo que te busca para ganarle el juicio de alimentos al papá de su hijo o una ‘venequita’ que no tiene dónde dormir. Agradece que tienes tus monedas y tu tarjetita de abogado porque sino, no chaparías ni la gripe...

PANCHOLÓN: Veo en tu cara al resentido, al envidioso, al maletero, el que te abraza y luego te clava el puñal. Ya me di cuenta de por qué ninguna mujer te ha amado en tus más de 40 años. Sigue pagando y comprando besos y caricias. En cambio lo mío es natural, soy juguetón en el área chica y eso les fascina a las ‘bebes’, me agarran sudadito, lo tuyo es forzado, falso...

CHOTILLO: Pancho, tú no eres maestro de nada, no te conozco ninguna sana. Tu repertorio es loquitas, borrachitas, desesperadas y las sangronas que te ven como un gordito chistoso. Ya estás viejo y no te das cuenta de que hacen hora contigo y te alucinan. Así te crees vivo...

PANCHOLÓN: Oye, malo con tu boca, ya tengo los pasajes para irme a Rusia con una batería seria de Trome y tú no estás en el ranking. Pinta la cancha, ¿cómo es...?”. Asu, la conversación se puso caliente. Me voy, cuídense.

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