El Chato Matta llegó al restaurante por una sabrosa cachema frita con arroz y frejoles, salsa criolla y una jarra de chicha morada al tiempo. “María, la semana pasada se volvieron a encontrar el gran Pancholón y el doctor Chotillo en el sauna privado. Entre eucalipto, hierbaluisa, manzanilla, muña y romero, se sacaron al fresco. Pero primero pusieron música de Zaperoko. ‘Ya verás cómo tú / algún día llorando / me pedirás perdón. / Y verás cómo yo / aunque te siga amando / te gritaré que no /... Será la revancha de mi amor / así como tú me has hecho sufrir, / vas a sufrir. / Y aunque te vea llorando / aunque me vea llorando, / te gritaré que no...’.
CHOTILLO: Pancho, ya me contaron que la semana pasada te llevaron de emergencia al hospital ‘Santa Rosa’ porque la ‘pastillita azul’ te subió la presión y encima te dio taquicardia. Por siaca, te aconsejo que los hipertensos están prohibidos de tomar su ‘ayudín’ y menos la genérica, que está a 3 mangos en la botica. Se te han venido los años encima, ya no convocas a nadie, hay cincuentones que están parados, pero a ti te veo ojeroso, gordo y con unos Calimod que usa mi abuelito. No seas malo, ni la Jeep te sube puntos.
PANCHOLÓN: Chotillo, me tomé unos minutos para ‘tarifarte’ y te veo como un hombre de mala entraña, resentido e interesado. Tú crees que todo se mueve por plata. No tienes sangre ni carisma para las mujeres, solo te salva tu tarjeta de crédito y tu famosa frase: ‘te puedo operar gratis a ti y a tu familia’. Yo soy una especie en extinción, caminante, timbro y en una vienen a mí. La pegas de chibolo y que estás en tu mejor momento y las chicas te cantan la de Alejandra Guzmán: Hacer el amor con Chotillo, no, no, no, es como no hacer nada...
CHOTILLO: A mí me llega lo que digan las trampas en La Posada, yo me doy mi gustito y buenas noches los pastores. La vejez te ha dado por creerle a la psicóloga que está enamorada de ti porque te agarra el cuellito y te dice ‘mi gordito’. Pero te cuento que la vez pasada la vi colgada de un cholón de metro ochenta. Es el peor castigo de un tramposo, terminar creyéndole a las grandes actrices. Reconozco que tú me escueleaste pero te quedaste en la Copa Perú y yo estoy en la Champions. Mientras tú comes tu anticucho de carretilla de 10 mangos, yo estoy en bife ancho y picaña en ‘El Hornero’, mirando el mar.
PANCHOLÓN: Veo que sigues hincha, carne boba. Te voy a decir mi gran mérito con las mujeres: es que todas regresan por su vuelto, se me acercan y me guerrean por un ‘remember’. A ti te ven, te desean lo peor. No alucino a ninguna mujer que te diga ‘te amo’ con sinceridad. Ese es tu peor castigo, que solo están a tu lado por interés, para sacarte algo...
CHOTILLO: Gordito, apágate, ya todos te tienen volteado. Deja de sacar la lengüita a las enamoradas de tus amigos...
PANCHOLÓN: Chotillo, me caes bien, pero al igual que en la selva, los leones salen a cazar. Yo soy como soy, si te veo con una mujer que me gusta, voy a partirte.
CHOTILLO: No vas a poder, ya estás viejo, Pancho. Más bien, cuídate de la próstata, el bobo y los triglicéridos”. Otra vez estos tramposos con sus cochinadas. Cuándo será el día en que cambien realmente. Me voy, cuídense.
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