Los años no pasan en vano para Pancholón. (i_stock)
Los años no pasan en vano para Pancholón. (i_stock)

El Chato Matta llegó al restaurante por una rica papita a la huancaína de entrada con su huevito duro, y un estofado de pollo con presa grande y arroz graneadito. Después pidió una jarra con anís calientito para la buena digestión. “María, el gran Pancholón me invitó a su sauna privado donde no entran envidiosos ni ‘mala leche’.

El abogado mujeriego ya está viejo, pero sigue en las andadas con una y otra chica. Duerme con una en La Posada, se levanta, va a trabajar y en las noches hace el amor con furia en su carro con la ‘Señora de las cuatro décadas’, que está buenaza y es experta haciendo el amor.

‘Chatito, la vida es una sola, estoy soltero, soy callejero y así moriré. Jugué una pichanga con mis colegas de la Asociación de Abogados del Callao y después nos escapamos a un local bonito y bien ‘caleta’.

Ni bien llegamos, los músicos empezaron a cantar ‘El tun tun de tu corazón’… ‘Ven que te necesito, te necesito, te necesito, no quiero que tú te vayas, no quiero sentirte solo en la cama, te quiero hacer el amoooor, quiero sentirme dentro de tu corazón, y tú bien sabes que yo soy el hombre, que te quiere así, ven que te necesitooooo, te necesitooooo... aráñame toda la espalda, clávame las uñas con toda la pasión, quémame con tus gemidos, que con tus murmuros derritas mi amor, yo te necesito síiii, te necesitoooooo, esta cura que necesito tú me la puedas dar, eres la medicina, eres la enfermera de mi corazón, apriétame en tus senos y dame el tun tun de tu corazón’.

“Causita, los años no pasan en vano, tomo mi ‘pitufito azul’, salgo de La Posada molido, pero dejo bien a los varones. Hace poco me tocó una mujer muy difícil para conquistar, me obsesioné con ella, soñaba que era mía, pero es muy especial. En el transcurrir de varias salidas que tuvimos me di cuenta de que a ella le gustaba que le diga palabras muy sensuales, es por eso que esta canción, ‘El tun tun de tu corazón’ me hace recordar a esa linda mujer.

La verdad es que tuve que decirle palabras que no sentía. ‘Te amo’, le repetí, pero mi único propósito era estar con ella en la intimidad. Lo logré y después se me fue el encanto. Ahora me arrepiento, pude tener algo serio con ella, pero la perdí por mi mala cabeza. Las mujeres no entienden que nunca más me voy a casar después de dos divorcios y se ponen histéricas.

Estuve en mi carro con mi ‘Señora de las cuatro décadas’, bien rico, y cuando terminamos le dio un ataque de celos. A mis años ya no estoy para soportar tonterías. Le pedí un taxi y la embarqué a su casa. Buenas noches los pastores’”. Pucha, ese señor Pancholón es muy cochino y sinvergüenza. Encima, está mal de la próstata, pues orina a cada rato. Me voy, cuídense.

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