El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso chanchito en caja china bañado en cerveza, con ensalada fresca y ajicito molido. “María, este febrero dicen que soportaremos la peor ola de calor, pero me invitaron a una fiesta que me subió más la temperatura. Era el ¡cumpleaños del maestro Pancholón!, amo y señor de la noche. Días antes me timbraron el gran ‘Calulo’, tremendo abogado chalaco, y el ‘Patrón’, para ponerme al tanto: ‘Chatito, estamos preocupados por Panchito, tú sabes que anda bajoneado porque los médicos le han dicho que tiene que operarse de la próstata, ya que la tiene como una pelota de béisbol, así que vamos a darle una sorpresa. Ya está contratada la orquesta y los cueritos se están apuntando en una lista A-1’.
Pancho es famoso. Máster de la cochinadita y doctor del ‘dame que te doy’ y las ‘sacadas de lengüita’. Llegué un poco tarde y solo alcancé a escuchar una parte de su discurso. “Chicas, ahora que se acerca el Día de los enamorados, solo puedo decirles que la ‘pampa es para todos’ y ‘partidor que parte a partidor, tiene mil años de perdón’. Ya estoy en base 5 y nunca me he enamorado, las amo a todas”. Llegaron al ‘besamanos’ sus amigos abogados y jóvenes discípulos, que le rindieron homenaje y armaron una encerrona en la discoteca privada que acaban de inaugurar. Las minifaldas y tops fueron lo mejor de la noche. Los abogados pateaban debajo de la mesa, floreaban a los ‘materiales’, se relamían los labios. Hubo de todo como en botica, pero destacaron bailarinas cumbiamberas y actrices amantes de la noche. También las ‘maleras’ que se embarazan y destruyen hogares, pulseadoras, ‘comecocos’ y ‘calientabolas’. Estaban todas juntitas y revueltas: las rumberas, las sangronas, las que la pegan de sanas y las que te piden que las lleves de la mano. Todas revueltas y sudorosas. El cantante de ‘N’Samble’, el gordito, hizo mover el esqueleto a las traviesas con un tema clásico de El Gran Combo: ‘..Recuerdo que al encontrate/ llorabas desesperada/ el dolor y la amargura, mujer/, de tu vida fracasada/ y hoy ya tienes otra vida,/ ya te sientes liberada/ terminó la pesadilla, mujer/, de tu vida fracasada,/ no cumples con tus promesas de amor/ de aquello no queda nada/ y olvidaste al carcelero, mujer/, que preparó tu escapada/ mas no te guardo rencor...’. Pancho ya estaba movidazo y en un rincón se comía a besos a una bailarina que sale en la televisión. Pero en eso, unos golpes retumbaron la puerta. Una loquita peleaba con los de seguridad y entre gritos se quiso meter al local. ‘Sal, gordo desgraciado’. La mujer estaba desquiciada. Malogró el vacilón. Fue un escándalo. Un ‘zapato roto’ se fue de boca. La malas lenguas dicen que fue el doctor Chotillo, quien no fue invitado. La otra semana les termino de contar”. Pucha, ese señor Pancholón es un sinvergüenza, ya está viejo y sigue en sus andanzas. Encima ya me contaron que usa Viagra, un día le va a dar un infarto. Me voy, cuídense.
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