El Chato Matta llegó al restaurante por unas sabrosas lentejitas con un churrasco grande encima, una porción de arroz blanco y ensalada de lechuga, tomate y pepino. Estaba medio movidito. “María, este verano 2018 está que arde y el gran Pancholón me invitó un roncito ‘en las rocas’. Me estaba contando una de sus historias, cuando en eso se apareció el famoso doctor Chotillo en su tremendo camionetón, con la música a todo volumen. ‘No castigues a este pobre corazón / aunque sé que me merezco lo peor / sabes que hablo con toda sinceridad / No recuerdas los momentos de pasión / el vivir por una sola razón / En el pasado todo fue felicidad / Si yo no te vuelvo a ver / no sé lo que voy a hacer / Estaré hundido en un mar de lágrimas / Si yo no te vuelvo a veeeer/ yo me voy a enloqueceeeer / Es para mí la locura automática...’. En medio de los tragos se escuchó esta conversación.
CHOTILLO: Pancho, tú ya fuiste. Si vieras a la venezolana con la que estoy saliendo, te caes de espaldas. Fácil es anfitriona de la Backus o la rompe en ‘Esto es guerra’. Mucho mejor que Korina. Me atendió en un restaurante y le dejé mi tarjetita, le ofrecí trabajar de secre en mi policlínico con un buen sueldo. Al día siguiente me llamó y me dijo: ‘Mira mi amor, estoy a la orden. Usted es muy atento y se parece a Cuevita, el de su selección’. Para impresionarla, le regalé un iPhone 8 y un perfume Carolina Herrera...
PANCHOLÓN: Chotillo, toda la vida vas a ser sonso. A las mujeres se les gana por floro, carisma, conversa y hacerlas reír. Tú eres de la escuela del ‘Rey de los casinos’, que manda a su ‘zorro chupe’ a traerle flacas a cambio de verdes. A mí, en mis años mozos, me comparaban con ‘Nacho’ Dávila y Carlos Matta. Yo no he esperado que ellas vengan a Perú, hace mucho tiempo caminé por Caracas, Chacao, Sabana Grande y el Paraíso y en sandalias subía a los cerros y al Metro, donde estaban las mejores ‘catiras’. Hacía juego de luces con mis ojitos verdes, por eso no me deslumbran las que han venido...
CHOTILLO: Gordito, me estás hablando de hace veinte años, ahora te veo todo aguado, ojeroso y arrugado y solo te queda comerte tu bomba y tu arepa para estar cerca de una de ellas. A mi ‘veneca’ la subo a mi Audi, nos vamos al hotel Golf Los Incas, un cevichito en ‘Pescados Capitales’, las sazono bien con unas ‘chelas’ y de ahí al verdadero paraíso. Eso sí, no te voy a mentir, me aseguro con mi buen ‘pastillón’ porque son caderonas y la conocen...
PANCHOLÓN: Te veo loquito, con un ‘cónchale vale’ te emocionas. Yo he viajado por todo el mundo, en mi currículum hay rusas, danesas, francesas, alemanas y también de Chacarita y Centenario, de mi Callao. Mi mejor pastilla es mi sudado de mero, de mi tío Pilo, en la Ciudad del Pescador, y su cervecita negra. La firme que si te veo con esa ‘chamita’, te parto en una...
CHOTILLO: No vas a poder, ya estás viejo, Pancho. Eres un gordito simpaticón, te veo un aire a Melcochita’”. La otra semana les termino de contar. Me voy, cuídense.
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