El Chato Matta llegó al restaurante por un pescadito a la chorrillana con arroz blanco graneadito y su jarra de chicha morada heladita. “María, mi viejita siempre me dice: ‘Hijo, la vida da muchas vueltas’. Y es verdad. Cuando pienso que ya pasé la página, que ya olvidé a una mujer a la cual un día amé, vuelve a aparecer. Un amigo, entre tragos, me aconsejó: ‘Chato, no vale la pena tropezar con la misma piedra, como cantaba el maestro Julio Iglesias. A los amores de juventud déjalos allí. Recuerda a la mujer guapa, chibola, con alegría de vivir. Si después de 15 o 20 años la vuelves a encontrar, por más bien cuidada que esté, ya no será lo mismo. Y si está separada, tendrá hijos y seguramente vivirá amargada’. Mi ‘brother’ Jacinto me dio este sabio consejo pero nunca le hice caso. Así volvió a mi vida Claudita. Una belleza que vive en España, pero es chalaca y fanática del Boys. La conocí hace 20 años. Fue un amor a primera vista. Yo era un Chato que, en ese momento, andaba en la ‘Máquina del sabor’, en los momentos gloriosos de la salsa sensual, como aquella de David Pavón: ‘Aquel viejo motel, trae recuerdos del día en que te hice mujer. Tú te negabas, yo insistiendo, pero después fuimos cayendo al dulce abismo que hoy pretendes esconder...’. Pero Claudita era de esas bellezas de barrio que quería por todos los medios hacerme terminar con mi enamorada. ‘O ella o yo. Déjala por las buenas o por las malas. Le voy a decir que soy tu mujer’.
Los varones siempre somos los malos de la película, pero nunca hay un equilibrio. A veces nos enfrentamos a mujeres locas, despechadas, siniestras, que supuestamente actúan en nombre del amor. Una de ellas era Claudita. Dejé a la preciosura del Callao para conservar a mi ‘firme’, pero al final terminé separándome. Claudita se amarró con un catalán millonario y oh, sorpresa, averiguó el número de mi celular y llegó a Lima. No sé qué hizo esta mujer. ¿Tendrá un pacto con el diablo? Estaba muy bien conservada. Llegó y se contactó con los ‘zapatos rotos’ que hay en mi barrio. Tocaron la puerta y era ella. ¿Te imaginas que duermes solo todas las noches y de buenas a primeras irrumpe en tu dormitorio una belleza, para luego desnudarse e ingresar a tu cama? Soy humano, de carne y hueso, me encantan las mujeres y revivimos bellos momentos de juventud. Una semana fue emocionante. ‘Vamos a Barcelona. Chato, no trabajes, que ese sonso pague todo. Estarás en un depa caleta’. Como le dije que no, llamó a la mamá de mis hijos, quien no estaba, pero contestó mi hijita y le dijo: ‘Hazte la idea de que tu papá se murió, porque se va a Europa para siempre’. Click. Mi engreída se puso a llorar. Había cruzado la línea. La mandé bien lejos. ‘Mujeres como tú habrá muchas en mi vida, pero mi hijita solo es una y es mi reina. Chau, fulera”. Pucha, ese Chato será todo, pero nadie negará que muere por su hija. Me voy, cuídense.
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