El Chato Matta llegó al restaurante por un chicharrón de calamar con yuquita y ajicito molido. Para tomar pidió una jarra con chicha morada. “María, me timbró al celular el gran Pancholón. ‘Chatito, tú eres mi hermano, vente volando a la cancha que vamos a jugar un partidito con los abogados del Callao. Cuidado que te sigan los envidiosos y mala leche’.
Cuando llegué, Pancholón estaba con los prestigiosos abogados Alfredo Zárate, el catedrático Javier Sotomayor y el goleador Nicolás Sánchez. Terminaron de jugar y nos fuimos al salsódromo de moda, el Son de Cuba de Miraflores, donde se presenta la cantante internacional Stefany Castillo, la ‘Sonerita’, que la está rompiendo y en julio se va de gira a Europa.
Cuando llegamos al local, la ‘Sonerita’ vio al Pancholón y se dirigió al público. ‘Quiero saludar a mi amigo Pancholón, zorro viejo, abogado de los mujeriegos. También al diario Trome’. Y se mandó con el tema ‘Imposible amor’, de Frankie Ruiz: ‘Hoy, he decidido que te tengo que olvidar/ Lo que te daba ayer, hoy no te puedo dar/ Otro cariño se interpuso en mi camino/ Y alguien que me sabe dar lo que a ti se te olvidó/ Hoy, he decidido que te tengo que olvidar/ Debo marcharme a otras tierras a pelear/ Porque tu amor está lleno de intangibles/ Y en tu guerra es imposible que yo pueda ganar/ A no ser que por culpa del destino/ Te arregles y te des cuenta/ Que estabas obrando mal/ (Ahí, gózalo zorro viejo)’.
Pancholón estaba eufórico, porque además en pocas horas ya estará viajando a Barranquilla, Colombia, la tierra de Shakira, de Juanes, de Carlos Vives, del futbolista James Rodríguez, para alentar a la selección. El país de la cumbia le trae recuerdos imborrables. Así que nos contó: ‘Me acuerdo que relaté un partido de Copa Libertadores el año 1992 entre Atlético Nacional de Medellín frente al Sport Boys del Callao. Ese partido terminó 2-2 con goles de Germán Carty y el finadito ‘Kukín’ Flores.
El arquero del cuadro cafetero era el mundialista René Higuita. El verdadero ‘10 de la calle’, ‘Kukín’, se jugó un partidazo y me acuerdo que cuando hace el gol se acerca a la barra del equipo verde a celebrar, se mete la mano debajo del short y hace gesticulaciones diciendo a la barra contraria que con huevos se gana.
Ese día estaba con mi paisita, como se le dice a las personas nacidas en Medellín, una hermosa colombiana que se volvió loca por los cuatro goles que relaté ese día, y me dijo: ‘Mi bizcochito (persona atractiva), me gustaría que tú me hagas los goles, que me relates con esa pasión y hagas cosas bonitas’.
En ese momento yo ya estaba virolo, sacaba la lengüita y decía ‘va a ser mía, va a ser mía’. Mi colocha era exigente, pero como viejo caminante tengo varios ases debajo de la manga, le hice primero mi famoso ‘salto del chanchito’. Para qué le hice eso. Me pidió que lo repita varias veces más y decía ‘otro, otro, otro...’.
Ahora que vamos a reencontrarnos, seguro lo primero que me va a pedir es mi ‘salto del chanchito’, que ya es internacional. Ya estoy concentrado para el reencuentro con mi bella colombiana’”. Ese señor Pancholón no cambia. Es un tremendo cochino y sinvergüenza. Va a terminar viejo y solo. Me voy, cuídense.
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