El estado de salud de Pancholón recayó.
El estado de salud de Pancholón recayó.

El Chato Matta llegó al restaurante por un cebichito con langostinos y un chaufa de mariscos. Para calmar la sed, se tomó una limonada heladita. “María, la vez pasada te conté que el gran Pancholón estuvo internado en la clínica. El propio abogado me confesó en su cama:

‘Chatito, eres uno de mis pocos amigos, casi no la cuento. La próstata, los triglicéridos y una peligrosa bacteria en el estómago me tumbaron. Una noche entraron dos médicos a verme y me hice el dormido. Uno de ellos le dijo al otro: creo que este gordito se nos va.

En la soledad del cuarto de la clínica me puse a reflexionar sobre mi vida. Las imágenes pasaban como en una película. La mayoría de mis recuerdos eran en ‘La Posada’ con una y otra mujer. De algunas no me acordaba ni su nombre.

Reconozco que hice mucho daño, pero no puedo evitarlo, soy infiel desde los testículos de mi viejito’. Como se enteró de que estaba mal, llegó hasta el doctor Chotillo. ‘Pancho, para que veas que no te guardo rencor. Pese a que hablas pestes de mí, soy tu hermano y no te odio porque me partiste con la mujer que me iba a casar... te traje estas películas para que no te aburras ahora que te han prohibido las visitas femeninas, ja, ja, ja’.

‘Chato, Chotillo lo hizo con su segunda. En todas las cintas, los protagonistas eran tremendos ‘partidores’. Sobre todo en ‘El cartero llama dos veces’ con Jack Nicholson y una bellísima Jessica Lange. La verdad es que me sentí identificado con la trama. Frank (Jack Nicholson) es un vago que llega a un restaurante de campo en California. El dueño es un viejo de nacionalidad griega y tiene una esposa espectacular, joven, bellísima.

Cora (Jessica Lange) está cansada de vivir con un viejo al que no ama. Frank se queda a trabajar como ayudante y empiezan a ponerle tremendos cuernos al griego. Lo hacen en la cocina a lo salvaje. Después planean matar al anciano: fallaron en la primera, pero en la segunda tuvieron ‘éxito’. Un fiscal sospecha de Cora, aunque al final la libran y salen limpios.

Cuando por fin se van a vivir juntitos y felices con el negocio del viejo, sufren un terrible accidente automovilístico y Cora muere. A Frank lo acusan de provocar su muerte. Tremendo peliculón’. Pancholón se agarraba la cabeza en la clínica, se relamía los labios. ‘Chato, tú sabes que llevo en la sangre el virus. Cuando veo a una mujer que me gusta, no puedo controlarme, me dan tics nerviosos, sudo, la cabeza me da vueltas, saco la lengüita. Imagínate que una vez hasta choqué con mi hermano, quien había perdido la cabeza por una bailarina.

La verdad es que ‘partidor que parte a partidor, tiene mil años de perdón’, pero eso sí, nunca podría matar a nadie. Por maleros, Frank y Cora terminaron en desgracia. Chato, los partidores se pueden ir al suelo. Chotillo se ha portado bien trayéndome esta película. Me ha hecho reflexionar’”. Pucha, ese señor Pancholón es un cochino de primera, ni porque está enfermo deja de contar sus sinvergüencerías. Me voy, cuídense. 

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