El Chato Matta llegó al restaurante después de revivir tras su ‘semana tranca’. Para componer el cuerpo pidió una parihuela de cachema con mariscos, una porción de arroz blanco graneadito, ajicito molido y una jarra con agüita de cocona heladita. “María, me mandó un mensaje el gran Pancholón. Su voz se escuchaba bajita: ‘Chatito, para ti solo, baja urgente a la clínica. Recién abro los ojos, tú eres mi hermano, no me abandones’.
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Me fui volando y lo vi echadito en la cama. Sacó su celular y me hizo escuchar un audio donde se oía la voz del doctor Chotillo que decía: ‘Soy médico y les digo a todos los abogados del Callao, a sus amigas traviesas, fiscales, hinchas, peloteros y ‘picadores’ que a Pancholón le queda poco tiempo de vida, ya fue el gordito. Tiene la próstata a punto de reventar, el hígado graso, los triglicéridos en más de 500 y el colon inflamado... Ahora yo seré el nuevo amo y señor de la noche. Voy a arrasar con los pantaloncitos de Chucuito y Punta Hermosa porque estoy en mi mejor momento, ‘chocolate’, ganadazo, ‘sugar daddy’.
Pancho me miró muy serio y se puso a reflexionar en voz alta: ‘Chato, la verdad es que casi no la cuento. La Semana Santa la pasé en cama. Tuve un mareo, perdí el conocimiento y casi me voy pa’ La Habana. Papalindo me ha perdonado pese a que soy pecador, un diablo. Hice daño a muchas mujeres. Mi carisma y floro las enamoraba y no podía resistirme a las tentaciones.
Pero ahora que estoy postrado en una cama, me doy cuenta de que muchos de esos que me besaban las manos y hasta me decían ‘Padrino’, ni siquiera han preguntado por mí. Solo tengo a mis hijos, mis viejitos y algunos amigos contados con los dedos de la mano. Ahora también ves si la mujer que está a tu lado vale la pena o solo está contigo por interés...’.
‘¿Por qué Chotillo habla mal de ti?’, le pregunté. ‘Parece que te odia’, le dije... Y me respondió: ‘Causa, a ese muchacho yo le di color, lo descubrí, soy su Ferrando. Cuando lo conocí atendía en una posta en las afueras de Lima, le presentaba mujerones y hasta le daba su sencillo para su taxi al salir de La Posada, y ahora mira cómo me paga.
Hace unas semanas me llamó y me dijo: Maestro, acabo de inaugurar un huequito en Miraflores. Allí conocí a unas primas que son unas bellezas’. Pancho se relamió los labios, pues Camuchita -novia de Chotillo- y sus primas lo dejaron boquiabierto. Justo las primas preparaban un pollito en ‘caja china’, que era para chuparse los dedos.
Pancho continuó. ‘Pero Camuchita, apenas me vio, me empezó a torear: ‘Panchito, me han contado que eres terrible, ‘berraco’, como los de mi tierra y encima narras lindo los partidos. ¿Quieres que te dé pollito en la boquita?’. La muy bandida se dio media vuelta para recoger una botella de gaseosa del suelo y perdí a cabeza. Era una invitación al pecado. Ya fue Chotillo. La arrinconé y le robé un beso con lengua. Hablaba como ‘parcera’ y eso me excitaba más. ‘Usted es un gordito lindo, lo espero arriba. Pero eso sí, que no te vea Chotillo. Él se ha enamorado de mí y me ha prometido llevarme al Caribe’, me dijo mordiéndose el labio’.
‘Los hombres pierden la razón por una mujer como Camuchita’, pensé. ‘Chato, te juro que se me subió el trago. Creo que atrasar al médico me trajo mala suerte, me tomé un pastillón azul y de ahí no recuerdo nada. Abrí los ojos en la clínica’”. Pucha, ese señor Pancholón siempre anda en problemas por mujeriego. Ya está viejo y no deja de hacer sus cochinadas. Me voy, cuídense.