El Chato Matta llegó al restaurante por unos chicharrones crocantes por fuera y jugositos por dentro, con sarsita de cebolla, ahora que el pan con chicharrón ganó el Mundial de Desayunos del español Ibai Llanos. Para tomar pidió una jarrita de refresco de maracuyá fresquecito. “María, mi hermano Pancholón me llamó para invitarme al sauna. ‘Chatito, tú eres mi único amigo, vente volando porque el chinito Richard está cambiando las hierbas y va a poner cascaritas de naranja. Eso sí, cuídate de que te vean los resentidos, envidiosos y mala leche’.
Cuando llegué, el abogado mujeriego estaba con tremendo cadenón de oro en el cuello y hablaba con sus colegas de la Asociación de Abogados del Callao. Les contaba emocionado: ‘El viernes en la noche estuve en el local de ‘Puchungo’, en Miraflores, con mis hermanos del futbol del Arsenal, del balneario de Santa Rosa, Dany, Eric y César.
En el local se presentaba mi orquesta preferida N’Samble, y cuando los cantantes me vieron se emocionaron y me dedicaron la canción ‘Dios mío, haz que me enamore’: ‘Dios mío, haz que Pancholón se enamore, viejo zorro/ es muy difícil eso/ Dios mío, haz que me enamore/ No quiero ya más aventuras/ No quiero más esos amores/ Que no me inspiran ternura/ Dios mío, haz que me enamore/ No quiero ya más pasatiempos/ Quiero ese puro sentimiento/ Que hace eterno dos amores/ Dios mío, haz que me enamore.../ Oye, quiero mandar un saludo muy especial para el tremendo viejo zorro, maestro, Pancholóooon. Está suelto en plaza...’.
A Pancholón se le subió el ron a la cabeza, le dio la nostalgia y le dijo al goleador Nicolás Sánchez: ‘Causita, me llamó mi amigo ‘Chencho’, de mi barrio de San Martín de Porres, para contarme que el doctor Chotillo estaba en el barrio, en una cubanada. Escuchó que Chotillo decía a varias personas: ‘Mi maestro es Pancholón es de este barrio, él me dio color. Yo era un estudiante de medicina sano, nací en un óvalo porque no tenía esquina ni calle, pero sí un tiempo me hizo llorar sangre porque me partió con mi hermosa ‘burrier’, con quien me iba a casar. Pero lo perdono, porque gracias a él abrí los ojos y no me casé con esa mujer. Me salvé’.
Cuando ‘Chencho’ me contó eso, me puse mal. Estoy superarrepentido de haberlo partido. Ella era su ‘bobo’ y él hasta se quiso suicidar porque la ‘burrier’ era un mujerón. Chotillo hoy es un médico reconocido y predica la palabra de Dios. Al escuchar la canción de N’Samble, le pido al Señor que de verdad haga que me enamore. No deseo hacer sufrir más a las mujeres de mi larga lista. Algunas hasta están ilusionadas con casarse conmigo, como la tóxica, que huele mis calzoncillos. Pero yo toda la vida he sido callejero y así moriré. No soy hombre de una sola mujer. Las amo a todas.
Pronto les contaré del tratamiento que me estoy haciendo para tener más energía, mejor que el ‘chip’ de Cuevita. ¡Dios, ayúdame a cambiar. Haz que solo ame a una mujer!’”. Ese señor Pancholón es tremendo cochino y sinvergüenza. Terminará viejo y solo. Me voy, cuídense.
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