El doctor Chotillo se llevó a Tulum a Mirella; pero la decepcionó en la intimidad.
El doctor Chotillo se llevó a Tulum a Mirella; pero la decepcionó en la intimidad.

El Chato Matta llegó al restaurante por una humeante parihuela con cachema, cangrejos, langostinos, calamares, rocotito y una porción de arroz blanco. “María, vengo de una reunión con el gran Pancholón en una cebichería de la Ciudad del Pescador. Llegó con una hermosura de Jaén y se les veía muy acaramelados.

El gordito estaba sazonadito. ‘Chatito, Mirella trabajaba como anfitriona en un centro comercial de Lima Norte. Al verla, le hice un juego de luces con mis ojos claros, le susurré piropos al oído y le entregué mi tarjeta de abogado que no cobra la consulta. La recogí a la salida. Nos fuimos de frente al local de mi tío Felipe’.

Allí, casualidades de la vida, estaba ‘Chotillo’, muerto de envidia al ver a Pancho con ese mujerón. Cuando el gordito se fue al baño, el cirujano se deslizó rápidamente donde la joven. ‘Amiguita, qué haces con ese gordo’, le dijo en una. ‘Vámonos de viaje a Tulum que la vida es una sola, no pierdas tiempo con ese misio, encima está mal de la próstata, se va al baño cada diez minutos. Yo voy a ser tu ‘sugar daddy’, chocolate’, le propuso.

El resto de la historia te la voy a resumir: Pancho, fiel a su costumbre, solo compró pollito broaster al paso y un six pack de chelas de quince lucas, y de frente fugaron a ‘La Posada’, el ‘hostal de los infieles’, donde hizo un faenón.

Mirella había disfrutado la intimidad con un mujeriego legendario, pero sentía que no le habían dado su lugar. La chica quería conocer ese mundo deslumbrante donde son caseritas ‘Shey Shey’, Paulita ‘Manzanita’ o ‘La tombita’, que están siempre en compañía de billetones. Pero el viaje no fue como lo esperó.

‘Pancho, te voy a decir la verdad, Chotillo te envidia, todo el viaje se la pasaba hablando mal de ti y la otra mitad hablando de otras mujeres con las que había estado en Tulum. Es un patán. Y fue en la intimidad cuando me di cuenta del error que cometí, Panchito. Nunca lo sentí. Se quedó dormido a los tres minutos. Estoy arrepentida, Pancho, estaba confundida’.

El gordito dijo su famosa frase: ‘La pampa es para todos. Partidor que parte a partidor tiene mil años de perdón’. Pancholón la abrazó. ‘No llores, mamita. Chotillo me hace recordar a Christian Castro cuando ilusamente quería ser mejor que Luis Miguel. Eso es imposible. El Sol es uno solo y era Luismi.

El gil es ‘paganini’, por caricias, como ‘Aladino’, pero el chato la rompe en la cancha y Chotillo en el blando es una mazamorra’”. Pucha, ese señor Pancholón es un cochino y sinvergüenza mujeriego, y todavía cuenta sus historias. Me voy, cuídense.

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