Mi amigo, el fotógrafo Gary, se conectó conmigo por videollamada para contarme las últimas del diario. “María, los periodistas que recorremos a diario las calles también tenemos bajas. Exponerse al ir a ‘zonas picantes’ es peligrosísimo y varios han caído contagiados por cumplir su labor informativa. Imagínate, peor aún es lo que sucede con los médicos, enfermeras y personal de salud.
La cifra de muertos ya se acerca a los 6 mil. Pero el caso que está conmoviendo a la opinión pública es el del doctor Óscar Ugarte, quien se encuentra internado el Hospital Rebagliati contagiado por el traicionero y mortal coronavirus. María, el médico sanmarquino, quien fue ministro de Salud y concejal de la Municipalidad de Lima en los tiempos del ‘Tío Frejolito’ Alfonso Barrantes Lingán, es un profesional comprometido con su pueblo -es oriundo de la selva- y no dudó en subirse a un avión para ir a Iquitos infectado, cuando pocas autoridades se atrevían a viajar.
Gracias al doctor Ugarte los peruanos pudimos saber la magnitud de la desgracia, con hospitales colapsados y donde la gente moría en la puerta porque no había oxígeno y menos respiradores. El médico fue el primero quien visitó ese infierno llamado ‘Mercado de Belén’ donde se dio con la ingrata sorpresa de que ¡¡el cien por ciento de los comerciantes dieron positivo!! ¿Se habrá contagiado allí?
El director me mandó con ‘Barney’, el gigantón redactor. Mi colega se las sabe todas, llegó con dos mandiles blancos: ‘Me los prestó mi hermana que estudia medicina, así la pegamos de médicos e ingresamos al hospital, aunque tú pareces ‘el enfermero loco’ de la lucha libre, ja,ja,ja’. María, en los alrededores del hospital nos topamos con los llamados ‘pirañas’ de la salud.
Los siniestros ‘jaladores’ que ofrecen hasta en 5 mil soles un balón de oxígeno. Más allá pululaban los ‘buitres’ de las clínicas. ‘Pruebas rápidas, pruebas rápidas a dos ‘ferros’, por el roche de la prensa bajamos los precios’. La gente se arremolinaba.
‘Venimos del Hospial Dos de Mayo e hicimos una colaza desde las cinco de la mañana y a las diez nos dijeron que no habían pruebas, que vayamos a otro hospital. ¿Y si estoy infectada?, en el camino voy contagiando a otros. Tengo cien soles, ojalá me rebajen en esa clínica que queda acá a la vuelta’. Así como esa señora había decenas de personas pugnando para que les hagan una prueba rápida. Las moleculares ya es mucho pedir.
‘Señor, nosotros no somos como la señora Keiko, que de la cárcel la llevaron de frente a una clínica para hacerle una prueba molecular’. Con ‘Barney’ regresamos al diario agotados por la terrible realidad que viven los pacientes y sus familiares. No todos son médicos héroes como el doctor Óscar Ugarte que contrajo la enfermedad por servir a su pueblo, siguiendo el ejemplo del mártir de la medicina, Daniel Alcides Carrión”. Pucha, voy a rezar para que se recupere pronto ese médico. Me voy, cuídense.