
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una jalea mixta de pescado y mariscos fritos, acompañados de yuca y salsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de limonada. “María, hace unos días la Policía desarticuló a la organización criminal ‘Los Mexicanos’, dedicada al cobro de cupos a los comerciantes del Cercado de Lima y a transportistas. Ahora solo se espera que el Ministerio Público o el Poder Judicial no los suelten, como ha pasado antes con avezados delincuentes, entre ellos venezolanos.
Si de verdad queremos enfrentar a la delincuencia, la justicia debe ponerse los pantalones y enviar a las cárceles a los cabecillas e integrantes de bandas que azotan el país. ‘Los Mexicanos’ operaban en Mesa Redonda, Gamarra, Las Malvinas y Paruro, y utilizaban explosivos para amenazar a sus víctimas y exigir pagos. El día de su detención, la Policía tuvo que usar pistolas para reducirlos y luego les hallaron dos armas de fuego, municiones, cartuchos de dinamita y motocicletas.
Un informe del Congreso reveló que el año pasado unos ocho mil hampones capturados en flagrancia fueron liberados por el Ministerio Público, echando por tierra el trabajo policial en operativos y enfrentamientos armados con sicarios, extorsionadores y secuestradores. No puede ser que los agentes arriesguen la vida para capturar a avezados rateros y luego estos se rían al salir gracias a malos magistrados.
Como dije hace unos días, debe haber una reestructuración urgente del Poder Judicial y del Ministerio Público para echar a los corruptos y a los malos fiscales y jueces, así como detesterrar esa perversa lógica que aplican, la misma que protege los derechos humanos de los asesinos y extorsionadores, pero olvida los de las víctimas.
Necesitamos leyes duras y decisiones atrevidas para ganarle la guerra a la delincuencia, pues nos están derrotando. Las mafias ya piden cupos a casi todos, desde taxistas, ambulantes, micros, bodegas, clínicas, construcción civil y talleres. Paremos esto, pero imponiendo las leyes con rigor”.
Gary tiene razón. Me voy, cuídense.








