
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudadito de corvina dorada con arrocito graneado y ajicito molido. Para tomar pidió una jarra de limonada frozen. “María, aprovechando el fuerte sol, las vacaciones escolares y los feriados largos, miles de personas han abarrotado las playas de Lima y Callao, desde Ancón en el norte hasta Asia en el sur.
Hombres, mujeres y niños se divierten así y aplacan el calor que llega hasta los 27 grados en estos días. Sin embargo, muchos dejan cerros de basura en todos los balnearios por donde han pisado. Los obreros de limpieza encuentran botellas de licor, platos descartables, restos de comida y hasta ¡pañales usados! Qué inmundicia. Hace dos días, incluso, ubicaron enterrados restos de un lechón que bañistas comieron en la arena.
Un informe internacional, liderado por el programa Científicos de la Basura, que monitoreó el estado de 179 playas en diez países de la región, reveló que el Perú vuelve a encabezar la lista de las playas más contaminadas del Pacífico latinoamericano.
Asimismo, noticias recientes indican que motociclistas y viajeros extranjeros comentan sobre la alta contaminación en los balnearios de Lima, señalando que nuestro país lidera rankings internacionales de playas sucias, especialmente por residuos plásticos, y que más del 70% de las playas limeñas no son aptas para bañarse.
Por mi trabajo he viajado a muchos países de la región, donde existen hermosas playas. Pero lo que más destaca allí es la limpieza y urbanidad de la gente, además del control de las autoridades. En Cancún y Acapulco (México), Copacabana e Ipanema (Brasil), Viña del Mar (Chile), Mar del Plata (Argentina), Punta del Este (Uruguay) o North Beach Miami (Estados Unidos), es impensable ver gente comiendo de ollas con arroz con pollo. Menos a personas orinando o emborrachándose con un parlante a todo volumen.
Todos quieren divertirse en la playa, pero eso solo significa tomar el sol, jugar o bañarse en el mar. No tomar licor, comer o enterrar pañales en la arena”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.







