Poder Judicial falla a favor de los defensores del zorro ‘Run Run’ y le reconoce derechos tras ser puesto en cautiverio. (Foto: Parque de las Leyendas)
Poder Judicial falla a favor de los defensores del zorro ‘Run Run’ y le reconoce derechos tras ser puesto en cautiverio. (Foto: Parque de las Leyendas)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chaufa de mariscos con su respectivo wantán frito. Para calmar la sed pidió una jarrita de chicha morada.

“María, el Poder Judicial ordenó al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) que reinserte al zorrito Run Run a su hábitat natural, tres años después de ser rescatado de una familia en Comas que lo criaba como mascotita. El animal había escapado y vivía de comerse las gallinas y otros animalitos de los vecinos de ese distrito. Durante un tiempo estuvo internado en el Parque de las Leyendas y luego fue enviado a Cajamarca, pues se determinó que debido a que fue criado entre humanos, era difícil la reinserción a su hábitat natural.

El caso es emblemático y pone en la palestra el maltrato animal, sobre todo de mafias que depredan la selva y la sierra en busca de animalitos para vender, poniendo en grave riesgo a la especie.

También me hace reflexionar sobre la mala vida que les dan muchos propietarios a sus mascotitas, como gatos, perros, loros y otras aves, a los cuales suelen confinar en el techo o el patio, bajo el extremo frío o intenso calor, sin darles amor ni atención. Los animalitos también sufren, tienen hambre, frío, dolor y padecen de pena. Antes de comprar o aceptar una mascotita, uno debería pensar que es como la llegada de un hijo al hogar.

Hay que darle un espacio en la casa, donde se sienta protegido de las inclemencias del tiempo, otorgarle una alimentación diaria y tener la posibilidad de llevarlo a un veterinario cada cierto tiempo. Y, sobre todo, ofrecerles atención y amor, jugando con ellos o sacándolos a pasear con su correa. Las autoridades deben combatir a esas mafias que comercializan perros, gatos y aves como si fueran juguetes.

A muchos los someten a operaciones o tratamientos cosméticos para hacerlos más atractivos para los clientes, poniendo en riesgo sus vidas. Nunca compre esos animalitos. Mejor adopte uno, así sea chusquito. Un perrito o un gatito son la alegría de la casa. Ellos dan su amor de forma desinteresada y jamás nos fallan. Siempre estarán ahí”. Muy bien dicho. Me voy, cuídense.

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