Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una cachemita encebollada con arroz blanco, camotito sancochado y rocoto molido. Para tomar pidió una jarrita de limonada heladita. “María, la situación sigue movida en varias partes del país, pero pese a ello la gente está pensando en la Navidad, la cena de Nochebuena, los regalos y en cómo gastar su gratificación.
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Mientras las protestas se acallan, más gente irá a comprar a último momento como es nuestra costumbre. El peruano es así. En Navidad tiene que comprar algo, aunque sea ropa baratita para sus hijos, algún juguetito o artefacto electrodoméstico para sentirse bien. Hay para todos los gustos, en vestimenta Gamarra y los malls modernos. Juguetes se pueden encontrar en supermercados o tiendas especializadas, pero también en Mesa Redonda, que en estos momentos luce sus tiendas repletas para venta al por mayor y menor. Ahora también se vende online, basta con un click y la orden ya está. En unos días llega ese objeto que deseabas, sea para ti o tus pequeños. Es la ventaja de la modernidad.
Casi todo el mundo tiene un smartphone con acceso a internet. También aplicativos para pagos electrónicos. Muchos eligen esta modalidad para evitarse el trabajo de salir de casa, enfrentarse a las muchedumbres y la posibilidad de que les roben, especialmente en estos días en que hay mucho peligro.
Los raqueteros, marcas y arrebatadores están a la orden del día, porque huelen que la gente sale con dinero para hacer sus compras. Lo pueden hacer en la calle, en los buses o en nuestro mismo barrio. Lo bueno es que con la declaratoria del estado de emergencia la detención de los sospechosos de delitos será más rápida. De otro lado, la gente debe tener un poco más de tranquilidad a la hora de comprar. Especialmente si lo hace con tarjetas de crédito. A veces, al no usar billetes, muchos no se percatan de cuánto gastan y si lo podrán pagar. Por eso sigue estos consejos:
Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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