Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chanchito a la caja china servido con papas doradas, ensalada de lechuga, tomate y palta, y rocotito molido. Para tomar pidió chicha morada. “María, millones de escolares salieron de vacaciones hace unas semanas luego de arduos meses de estudios. Los chicos tienen libres todas las horas del día hasta que regresen a clases en marzo. Los padres deben estar atentos porque los muchachos pueden pegarse a internet como si fuera una droga, sin reparar en los peligros que se encuentran en esta plataforma.
Muchas veces los papás se van a trabajar o están con sus propios asuntos y los dejan pegados a las redes sociales.Es común verlos echados en la cama o el sillón, estupidizados por videos de chistes o memes, o conversando trivialidades con amigos. Lo peor es que no hacen deportes, no estudian, no conversan con sus hermanos.
Nuestra labor como tutores es evitar que se envicien. Cuando llegó la internet, todo el mundo pensaba que la información y la cultura se iban a democratizar y masificar, pero con estos beneficios han llegado los vicios. También las malas influencias. Las redes sociales está inundadas por tontos que hacen el ridículo para llamar la atención y ‘facturar’.
5Establece en el hogar un horario para el uso recreativo de internet. Que los chicos hagan algo productivo, como deporte, estudiar o ver una buena película.
- Haz un ‘apagón’ digital al menos una vez por semana. Esto es un día sin pantallas para que los jóvenes se conecten con el mundo real, jueguen, conversen o estudien.
- Inscribe a tus hijos en talleres de deportes, robótica o algo útil para sus estudios o vocación.
- Si tus hijos no respetan los horarios, no les des el celular uno o dos días.
- Impide los celulares en el desayuno, almuerzo o comida. Es de mala educación.
- las notificaciones de todas las redes sociales. Estas alertas son las principales causantes del uso reiterativo de dichas redes”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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