El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un rico adobo de pollo con arroz blanco graneadito y ensalada de pepino y tomate. También pidió una jarrita con agua de manzana al tiempo. “María, los medios de comunicación han hecho eco de una preocupante realidad que se sigue dando con la juventud de nuestro país. Un informe especial vuelve a alertar que, según datos del Banco Mundial y del Instituto Nacional de Estadística, en el Perú hay un millón y medio de jóvenes conocidos como Ninis, es decir, ‘ni estudian ni trabajan’.
La tasa de este grupo llamado Ninis ha aumentado. ¿La razón principal? La deserción escolar que les hace tener ‘baja calidad educativa’, por lo que a su vez tienen dificultades para desarrollar una carrera exitosa e ingresar al mercado laboral. El riesgo es evidente: el excesivo ‘tiempo libre’ los lleva al ocio, alcohol, drogas, estancamiento personal y familiar, y muchas veces a la delincuencia.
Las cosas no quedan ahí. El informe también detalla dos modalidades de Ninis: los que no buscan trabajo y los que sí lo buscan, pero no lo consiguen. Inclusive, muchos conocemos a jóvenes que sí trabajan y no son Ninis, pero laboran en malas condiciones de subempleo o de informalidad.
Las mujeres son el sector más afectado, pues representan los dos tercios del total de Ninis en Perú, por factores como el embarazo adolescente.
¿Qué hacer? Todo padre quiere que sus hijos triunfen, que tengan un buen trabajo, salgan adelante y puedan sustentar a su propia familia. Por eso, ante el caso de los Ninis se aconseja:
Familias unidas y buena alimentación. En hogares donde los padres no son guías y donde falta ‘el pan de cada día’ aumentan los casos de deserción escolar.
Lectura como hábito de vida. Es una de las mejores formas de alimentar el alma y el cerebro.
Ampliar la jornada escolar es importante, pero también ofrecer una educación más atractiva, con infraestructura que lo permita, así como maestros mejor capacitados y mejor pagados.
Descubrir y reforzar habilidades desde el colegio para enfocar mejor el potencial y encaminar el futuro en una profesión u oficio de demanda.
Educación en sexualidad. La precocidad sexual se da incluso desde adolescentes y los padres no deben hacerse ‘de la vista gorda’ y dejar la tarea al colegio. Hay que hablarles, según su edad, de la sexualidad responsable, las emociones y las consecuencias de todo acto.
Capacitación constante. Es un mundo competitivo. Ya no basta acabar el colegio y la universidad. Cuanto mejor preparados estén, mejores oportunidades alcanzarán. Hay instituciones como el Ministerio de Trabajo y otras privadas que ofrecen orientación y eventos”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.