Mi amigo Gary llegó por un bistec encebollado con rocotito molido y su jarrita de emoliente tibiecito.
“María, es preocupante que en el Perú haya un millón 365 mil ‘ninis’, es decir, jóvenes que ni estudian ni trabajan. No hacer nada por la vida puede llevar a esos muchachos al pandillaje, la delincuencia o las drogas, pues ya sabemos que, como dice un antiguo refrán, ‘el ocio es la madre de todos los vicios’. Esta alarmante cifra fue dada por el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), que realizó un estudio donde también se encontró que de estos jóvenes, cuyas edades van de los 15 a los 29 años, la mayoría (78 %) no tiene deseos de trabajar.
Es increíble que tan alto porcentaje de adolescentes y personas ya adultas, entre hombres y mujeres, no piensen en hacer algo bueno por la vida, como buscar la forma de contribuir con sus padres en los gastos del hogar. Es cierto que hay escasez de trabajo, ya sea por la política laboral del gobierno o la coyuntura de la economía, que reducen las opciones de empleo en las empresas, pero hay muchas formas de ganarse la vida honradamente. Y lo primero que hay que tener es fuerza de voluntad. Emprendedores exitosos que hoy son multimillonarios, como Bill Gates y Mark Zuckerberg, empezaron de abajo y, muchos de ellos, incluso desde cero.
Pero la alta tasa de desempleo también debe ser una de las principales preocupaciones del gobierno, pues tantas personas sin hacer nada por la vida solo pueden provocar el incremento de los índices de pobreza, desnutrición, anemia y múltiples enfermedades, así como del pandillaje, la delincuencia o la drogadicción. Es, entonces, el desempleo un problema social muy preocupante que requiere de una lucha múltiple para buscar alternativas efectivas de solución.
Las causas de tan elevada tasa de ‘ninis’ no solo es la falta de trabajo, sino también la deserción escolar, los embarazos de adolescentes, las escasas posibilidades de estudiar en una universidad o un instituto, la despreocupación de los padres de familia por sus hijos y otros factores. Un aspecto importante es la motivación, pues la gran mayoría de estos jóvenes están desanimados y no tienen expectativas de superación. Se deben hacer esfuerzos para llegar hasta ellos y ofrecerles programas de capacitación en alianza con empresas u organizaciones no gubernamentales, con la finalidad de que queden en óptimas condiciones para la inserción laboral. Por su parte, los padres de familia deben preocuparse más por encaminar a sus hijos, dedicarles más tiempo, guiarlos por el camino del bien”. Tiene razón, mi amigo Gary.
Me voy, cuídense.
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