Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tacu tacu de frejoles con lomo saltado. Para tomar pidió una jarrita de anís para la buena digestión. “María, la dignidad es una de las cosas más preciadas en las mujeres y ellas mismas deben encargarse de velar porque sea así siempre. Yo no termino de entender a esta generación de jóvenes a quienes no les importa lo que se hable de ellas, con tal que se hable.
Las redes sociales están pobladas de chicas que se filman con poca ropa, mostrando sus cuerpos para miles de mañosos. O las de OnlyFans, que tienen sexo en vivo para que suscriptores vean cómo se entregan a un hombre. Luego están las modelitos, vedettes o bailarinas que se encargan de ventilar con pelos y señales las relaciones que tuvieron con chicos famosos.
El año pasado, una mujer dijo que pasó un ‘good time’ con el cantante Christian Domínguez en la camioneta de este, sabiendo que era un hombre con pareja. Y lo reveló como si se hubiera comido un chocolate.
La cosa se pone peor cuando estas chicas son madres de familia. ¿Qué pensarán sus hijos pequeños, que sus mamás anden contando por ahí con cuántos hombres se han metido o las cosas que han hecho con ellos? Y todo lo hacen por plata. Mientras más hablen de ellas, bien o mal, más posibilidades de que las contraten para animar eventos tienen. Eso es muy perverso y denota claramente la pérdida de valores.
¿No se ponen a pensar que sus hijitos serán objeto de bullying en su colegio o en su barrio? ¿Más importante es el dinero, las joyas, la buena ropa? Es importante que los padres enseñen desde ahora valores a sus hijos: como preservar siempre su dignidad, ser honestos, no hacer daño a nadie, trabajar duro para obtener lo que desean y ser solidarios.
Una persona pierde su dignidad si se deja utilizar por otros, y es instrumentalizada y menospreciada por los demás. La dignidad también se pierde al cometer actos indignos: por mentirosos o falsos, viles o crueles. O cuando se pierde el respeto a uno mismo, a nuestra propia estimación”. Bien dicho. Me voy, cuídense.
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