
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una cachemita frita con arroz y ensalada rusa. Para tomar pidió una jarra de emoliente tibiecito. “María, la minería ilegal no solo depreda el medio ambiente en Arequipa, Cajamarca, Piura, La Libertad o Puno, también se enfrenta de manera violenta al Estado y a la sociedad en general. Hace unos días fuimos testigos de cómo las mafias asociadas a esta actividad amenazan de muerte a periodistas, como le pasa al comunicador de Madre de Dios, Manuel Calloquispe, quien denuncia la depredación de nuestra selva en la llamada ‘La pampa’.
Un hampón amenazó matarlo a él y a su familia si seguía con sus denuncias. Gracias a que el periodista lo grabó, el Ministerio del Interior ha dispuesto medidas de protección a su favor. Calloquispe sostiene que de enero a la fecha se han producido treinta asesinatos y desapariciones en la zona de La Pampa, donde opera las mafias ilegales, encabezadas por delincuentes que cuentan con brazos armados.
El periodista también subrayó el clima de inseguridad que se vive en Madre de Dios, con dirigentes vecinales o defensores del medio ambiente asesinados o amedrentados. Por ello, urge la intervención del Estado de la misma forma que en Pataz, donde el Ejército y la Policía están combatiendo a las mafias en esa región minera. Sin embargo, no hay que olvidar también que este tipo de actividades están arrasando con miles de hectáreas de bosques y contaminando los ríos y lagos.
Allí ya no brota ni una planta. Imágenes satelitales han mostrado cómo la minería informal, que usa químicos prohibidos y dragas, ha convertido lo que anteriormente eran selvas hermosas como el paraíso en zonas destruidas y desérticas, acabando así con fauna y flora. Años atrás, el gobierno bombardeaba desde tierra y aire a las dragas para eliminar la actividad ilegal.
Pero desde esa fecha la minería ilegal, con sus miles de millones de dólares sucios, ha logrado tal fuerza que ha penetrado en el Congreso, el Ejecutivo y otros estamos del Estado, donde tienen ‘alfiles’ que los apoyan y hasta redactan leyes que los favorecen. Poco se puede esperar del gobierno de Dina Boluarte, que anda preocupada en otros asuntos. Una lástima”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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