El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un estofadito de pavo bien jugoso, con papita amarilla, arroz blanco graneadito, ensaladita de zanahoria con beterraga y una jarrita de emoliente con cebada, que es buena para el estómago. “María, falta un día para despedir este año, que ha traído felicidad y tristezas, cosas buenas y otras malas, pero que deja el camino para un Año Nuevo en el que podemos mejorar y alcanzar no solo el progreso personal, sino lo más importante: la felicidad que se puede disfrutar desde el interior de uno mismo y con nuestra familia y amigos. Pero esto no solo hay que desearlo, sino ponerle ganas y acción. Por eso, los especialistas en salud mental aconsejan:
Mentalice lo positivo para atraer energías. Aleje el pesimismo, decepciones y pensamientos negativos.
Es bueno hacer un balance de cómo le resultó el año e identificar aciertos y errores, pero no para quedarse lamentando lo que falló, sino para mejorarlo. Evalúe su vida en lo personal, familiar, social y laboral.
Ponga de su parte. Aunque el 2016 haya sido duro, no llegue al 31 de diciembre cansado o ‘bajoneado’. El optimismo es el mejor aliado para empezar un buen año.
Si el negocio no rindió y la economía en casa apretó, observe oportunidades para aumentar sus ingresos, priorice mejor sus gastos y el uso de tarjetas.
No se exceda ni trate de ‘ahogar las penas’ con el licor. Con eso se expone a intoxicaciones, discusiones, accidentes y problemas mayores.
Sea prudente en todos sus actos. Muchos tienen la tristeza de tener lejos a un ser querido por una mala decisión o un acto impulsivo. Procure la armonía y paz.
Si este año no se esforzó lo suficiente en lo académico, busque mejorar estudiando y capacitándose.
Propóngase que este año sí ahorrará (aunque no le parezca significativo, sí se puede, incluso de sol en sol).
Si hubo muchos problemas familiares, piense qué podría hacer para mejorar la relación. La ayuda de un consejero o un psicoterapeuta no está de más.
Si no ha pasado mucho tiempo con sus hijos, piense en empezar a hacerlo. Comience ya por compartir con ellos (ahora incluso están de vacaciones). Interésese por conocer sus gustos, inquietudes y actividades.
Comparta y no olvide agradecer a Dios la bendición de tener vida, salud, a la familia unida y trabajo.
No vea como fracaso lo que no logró. El futuro puede ser mejor si le pone dosis de amor, trabajo, esfuerzo y comprensión”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.