Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollito al horno con papas nativas doradas, ensalada y, para tomar, una manzanilla al tiempo. “María, leí en Trome el interesante informe sobre las empresas exitosas surgidas en Lima, cuyas marcas han logrado posicionarse en la gente. Ahí están Inca Kola, tiendas Wong, D’Onofrio, El Chinito, Bembos, Nicolini, Topitop, Pardo’s Chicken, Anypsa, La Lucha y otras.
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Es un éxito de estas marcas que muchos peruanos las sientan como parte de su vida. Quién desde que era chico no se ha alegrado al escuchar el característico sonido de la trompeta del heladero pasando por casa. De inmediato sabemos que es de D’Onofrio y los más pequeños salen corriendo a la calle para comprar antes de que se vaya. Lo mismo pasa con Inca Kola, ‘la bebida de sabor nacional’. Para muchos, un almuerzo sin su Inca no es igual. Tampoco un chifita no se siente igual sin Inca Kola.
Algo parecido pasa con Nicolini, una marca que los peruanos sienten como propia frente a la llegada de otras, nacionales y extranjeras. Incluso, los hinchas del fútbol relacionan a esos fideos con la ‘U’, pues el dueño, don Jorge Nicolini, fue un notorio presidente del club crema. Wong comenzó hace ochenta años como una bodega en San Isidro y en base a empuje se convirtió en una cadena de supermercados.
El Chinito, con más de 62 años, comenzó de a pocos ofreciendo deliciosos chicharrones y hoy tiene varios locales. Su marca es sinónimo de sabor y calidad. Bembos y sus hamburguesas tienen un sello de sabor peruano único con el que no pueden competir transnacionales del rubro. Las historias de estas y las otras marcas son de éxito porque han sabido diferenciarse de su competencia en base a la calidad del producto. No es fácil mantenerse en el mercado con tanta competencia y los cambios políticos y económicos que muchas veces son tremendos en nuestro país y que fácilmente pueden acabar con un emprendimiento, incluso con una empresa grande.
Por eso, también son la demostración de que para subsistir hay que saber adaptarse a los cambios, pero siempre manteniendo su esencia y valores. Si una empresa, una persona, no evoluciona, no sabe adecuarse a los nuevos tiempos, simplemente se quedará a un costado del camino y verá pasar a los demás a toda velocidad. Los emprendedores que buscan iniciar un negocio con el que salir adelante deben de manera obligada ver los ejemplos exitosos, estudiarlos y analizarlos, para saber qué hacer y qué no hacer, para cometer la menor cantidad de errores y tener más aciertos que les ayuden a alcanzar el éxito. Emprender no es tarea fácil, se necesita de mucha valentía para arriesgarse, pero la recompensa puede ser grande. El primer paso es atreverse a hacerlo”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.