Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su pescadito frito con sarsa y yuca, chilcano con limón y, para tomar, naranjada heladita. “María, iba a escribir sobre la Semana Santa, pero estoy indignado por el caso de la bebé de 3 años que fue secuestrada y abusada sexualmente por un depravado de 48 años, en Chiclayo.
TE VA A INTERESAR: TIPS PARA VIAJAR SEGURO EN SEMANA SANTA
El maldito la sustrajo de su casa en un descuido de sus padres y la llevó a otro distrito, donde la retuvo varias horas. En rápida acción y gracias a las cámaras de videovigilancia, la Policía ubicó el carro donde el violador se había llevado a la pequeña y lo detuvo.
El sujeto confesó que la tenía en el segundo piso de su vivienda. Cuando entraron los policías se quedaron pasmados. En el suelo estaba la niña con los pies atados con cintas e inconsciente. En el hospital se confirmó que había sido abusada sexualmente.
Tras ser llevado a la Dirincri, el depravado casi fue linchado por cientos de personas al grito de ¡maten al monstruo! Ojalá que le den cadena perpetua y nunca más ande libre por las calles. Por eso, los papás nunca deben de perder de vista a sus hijos.
Nunca está de más vigilarlos, ver a dónde van, con quién juegan, a quiénes conocen. Uno nunca puede saber dónde está metido el violador. Puede ser uno de nuestros vecinos, familiares, amigos o hasta su profesor. Menos mal que la niña fue hallada con vida, pero fue gracias a la rápida acción de la Policía y a la solidaridad de cientos de chiclayanos que salieron a las calles a buscarla.
Hay que conversar más con nuestros hijos, saber qué les disgusta de la gente de su entorno y por qué. Seguir sus conversaciones por redes sociales, establecer pautas o ponerles los bloqueos a sitios peligrosos.
NO HAY QUE CONFIAR EN EXTRAÑOS
Hay que enseñarles que el mundo está compuesto de gente buena y gente mala. Y que no hay que confiar en los extraños. La vida en la ciudad ya no es como antes. Cuando yo era niño me pasaba el día jugando en la calle. O explorando los cerros de Lima o yendo con mis amigos a la playa, sin supervisión de un adulto.
Hoy es impensable que un padre sea tan permisivo. No sé si es producto de esta sociedad hedonista e hipersexualizada, pero pareciera que hay más casos de abusos de menores.
Todos los días se conoce una historia parecida. Según estadísticas de la Policía Nacional, en un año puede haber hasta 8 mil casos de violación. Estos son los que se denuncian, pero hay un gran bolsón que no es reportado a las autoridades por vergüenza o desconocimiento.
Hay que enseñar estas cosas en el colegio, para que los niños sepan qué hacer ante un caso de acoso sexual, secuestro o tocamientos indebidos”. Pucha, Gary tiene mucha razón. Me voy, cuídense.
MÁS INFORMACIÓN:
- Pelean por pasaportes
- Cuida tu pensión
- Consejos si eres víctima de los extorsionadores
- Pancholón entre dos amores
- Cuidado con los asaltos