
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudadito de congrio con yuquita sancochada y ajicito molido. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada heladita. “María, ayer comentaba sobre lo que está sucediendo con el Callao, donde su gobernador regional, Ciro Castillo, está prófugo y es sindicado como cabecilla de la organización criminal ‘Los Socios del Callao’, que direccionó contratos amañados a favor de terceros. La corrupción no es de ahora en el primer puerto, viene de mucho antes. Debemos recordar nomás ese robo gigantesco que fue la vía expresa de la avenida Faucett, de apenas siete kilómetros, que impulsó el exalcalde chalaco Alex Kouri, quien por este hecho fue condenado a una pena de cinco años de prisión que cumplió en 2021.
El Poder Judicial probó que hubo concertación para que la empresa Convial gane la licitación y se meta al bolsillo, de la forma más fácil, 12 millones y medio de dólares. Lo peor es que Kouri quiso postular para los próximos comicios, pero el Jurado Nacional de Elecciones se lo impidió porque no ha pagado la reparación civil de 26 millones de soles. Mucho ojo que ‘Los Chimpuneros’ están de vuelta.
Hace poco, el Ministerio Público abrió investigación preliminar contra el alcalde del Callao, Pedro Spadaro, y el teniente alcalde, César Pérez, tras un informe del diario El Comercio donde se revelaba que realizaron pagos por ‘órdenes de servicio’ a favor de la gerente general y del apoderado de la empresa Glamour & Style Salon Spa, de propiedad del ¡burgomaestre! Es decir, los chalacos les pagan los sueldos a los empleados del alcalde. El colmo.
La mayoría de autoridades solo llegan al poder para robar, servirse, vivir de lo mejor y no para trabajar por el pueblo. Por eso, en las siguientes elecciones vota bien, investiga, no te vendas por un táper o por una pollada. Después no te lamentes”. Bien dicho, Gary. Me voy, cuídense.








