Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por sus tallarines rojos con una presa grande de pollo y su jarrita de cebada calientita para bajar la grasita. “María, después del intenso , sintonicé en cable una película sobre la labor del periodismo y su búsqueda de la verdad, enfrentándose al poder y sus oscuros tentáculos.

‘Los secretos del poder’ (State of play, 2009) es una buena película que no se por qué motivos no fue valorada por la crítica, tal vez porque la compararon con otra cinta del género: ‘El informante’ (1999), de Michael Mann, protagonizada por y. Justamente el neozelandés es el protagonista de este filme dirigido por Kevin Macdonald.

Cal McAfrey (Crowe) es un veterano lobo estepario en la redacción del ficticio diario Washington Globe. Representa a la vieja escuela del periodismo. Usa una computadora de primera generación, detesta el USB y su oficina está llena de papeles. Pero sobre todo no está de acuerdo con la política del diario de privilegiar su página web en vista de sus problemas económicos.

Allí labora una joven practicante ambiciosa y con talento para la profesión que escribe un blog, Della Frye (Rachel McAdams), quien está investigando la extraña muerte de una joven en las vías del metro de la ciudad.

La casualidad une a Della y el ‘tío’ Cal: la muchacha trabajaba como asistente investigadora del congresista Stephen Collinsy resulta que el periodista estudió en la universidad con el congresista y fueron grandes amigos, aunque era la novia y luego esposa de Collins el principal objeto de sus cariños y hasta tuvieron una relación de la que el futuro congresista se enteró (irresistible Robin Wright en el papel de esposa infiel).

El asunto es que el congresista es un fogoso denunciante de una mutinacional, ‘Point Corp’, dedicada al rubro no solo de la fabricación de armas, con la que gana millonadas vendiéndolas a los Estados Unidos y cualquier gobierno o guerrilla que requieran sus servicios, sino también ofrece un ejército de mercenarios licenciados de la armada y la milicia norteamericanas al mejor postor.

Justo cuando Collins va a acorralar al magnate de la corporación en la comisión investigadora del Congreso, se produce la muerte de su asistente y las investigaciones periodísticas hacen pública la relación adúltera del parlamentario con la fallecida. Se desata el escándalo y el periodista McAfrey se siente en la obligación de apoyar tanto a su amigo el diputado y a su atribulada y engañada esposa.

La ‘brava’ directora del diario, Cameron Lynne (Helen Mirren), le exige al periodista que deje de lado los sentimientos por sus amigos y destape la ‘cochinadita’ en ese escándalo de ribetes sexuales y muerte violenta que empaña al Congreso”. Pucha, mi amigo Gary está siguiendo los pasos del gran periodista ‘El Sonámbulo’. A los periodistas no solo les basta leer buenos libros, sino también ven buenas películas. Me voy, cuídense.



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