Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomito al jugo con su arroz blanco y ajicito molido. Para calmar la sed pidió una jarra con chicha morada. “María, el próximo domingo se celebra el Día del Niño y desde ahora ya se están organizando actividades para homenajear a los más pequeñitos de la casa.
Pero esta ocasión debe servir para hacernos reflexionar sobre los peligros que enfrentan los menores de edad en las redes sociales y en la misma calle, a manos de delincuentes y mafias. Los padres deben estar más alertas porque las redes sociales e internet albergan a monstruos que están al acecho para manipular a sus hijos al punto de secuestrarlos o abusar de ellos. Estos buitres se hacen pasar por niños o mujeres para no despertar sospechas y así van ganándose la confianza de sus víctimas.
Muchos les piden fotos o videos de su intimidad y luego los extorsionan para sacarlos de casa y ultrajarlos. También están las redes de trata de blancas que ofrecen trabajos muy bien remunerados a adolescentes pobres, pero estas terminan envueltas en las mafias de prostitución de las que difícilmente salen.
La tecnología, que nos ayuda mucho en nuestra vida diaria, tiene también sus peligros. Por eso, los padres debemos tener el control de los aplicativos y aparatos que entregamos a nuestros hijos. Es imperativo saber a qué páginas ingresan, con quiénes hablan, qué material comparten y cuánto tiempo están en redes sociales o internet.
- Conversa siempre con tus hijos. Que te cuenten lo que pasa en sus vidas, en el colegio y en el barrio.
- Establece un horario de ingreso a los aparatos digitales y ten el control parental.
- Castiga con el decomiso del celular si evade las normas. Además, conoce a sus amigos o a sus padres. Establece con ellos una red para saber en qué están los chicos.
- Comenta con ellos, incluso viendo noticias o reportajes sobre los peligros en la red.
- Atento a los cambios de ánimo de tus hijos para saber si están siendo manipulados”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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