Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chicharrón de pescado con su yuquita frita, chifles y arroz graneado. Para tomar pidió una jarrita de naranjada. “María, la delincuencia está ganando la guerra a la sociedad. Ya casi no hay un lugar en Lima o el resto del país donde no ocurran asaltos, muerte por sicariato o extorsión. Lo peor: los hampones ya no tienen respeto a la Policía.
Eso lo acabamos de ver hace solo unos días, cuando una turba de indeseables masacró sin misericordia a cinco policías en la zona de Manzanilla, Cercado de Lima, y luego dos pistoleros asesinaron a balazos a un policía del Grupo Terna que hacía trabajo de inteligencia en Barrios Altos. Por eso urge que la Policía recupere la autoridad. Y para eso se necesitan leyes más fuertes que empoderen a los efectivos.
Basta de perseguir a los efectivos que usan su arma de reglamento contra los hampones. O que si hay delincuentes muertos, también debe haber policías abatidos. Qué es esto. Por eso los rateros se ríen cuando son detenidos. Saben que malos magistrados los van a soltar por ‘falta de pruebas’ o ausencia de ‘elementos de convicción’.
La ley señala que los policías pueden desenfundar su arma en una situación de peligro, pero al mismo tiempo deben identificarse ante el hampón. Luego le debe dar a este una clara advertencia de la intención de emplear su pistola, dándole tiempo suficiente para que lo entienda y tome una decisión. En caso que el presunto infractor mantenga su actitud violenta y el riesgo letal es inminente, empleará el arma de fuego y, si las condiciones lo permiten, deberá realizar el disparo selectivo en determinada zona del cuerpo, con la finalidad de neutralizar la acción letal del presunto delincuente.
Parece claro, pero algunos siempre van a defender al civil, incluso cuando este vaya armado, tenga antecedentes y/o dispare al policía. Para los uniformados ahora es difícil usar sus armas, pues saben que una vez sucedido esto se meterán en un problema, incluso por largos años”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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