Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomo saltado con arrocito blanco y rocoto molido. Para tomar pidió una jarrita de limonada y hierbabuena. “María, quedan pocas horas para el inicio del nuevo año y la despedida del 2024. Pido a las mamitas en especial que cuiden a sus hijos e impidan que manipulen artefactos pirotécnicos, más aún los llamados ‘bin laden’, ‘avellanas’, ‘mata rata’, ‘bomba trueno’ y ‘calavera’.
Antes de Navidad, un niño en Ayacucho se voló nueve dedos de sus manos y el ojo izquierdo al explotarle uno de esos cohetones en la cara. Las autoridades municipales y la Policía deberían estar atentas a decomisar esos productos peligrosos, en especial en las calles. No se debe comprar esos cohetones que más parecen dinamita. Hay que evitar que niños inocentes sean afectados. Estas fiestas, quiera Dios, deberían ser pacíficas.
Si finalmente hay personas que les gusta celebrar con algún tipo de pirotecnia, vayan a las ferias autorizadas donde se venden productos no letales y con todas las medidas de seguridad.
Y también por respeto a los demás no se debería permitir el uso de ‘bin ladens’ o ‘mamarratas’ en la vía pública. En Navidad, los muchachos estuvieron jugando en mi barrio hasta las 5 de la mañana, impidiendo el sueño de la gente. Otros más continuaron la fiesta toda la mañana.
Hay que tener empatía no solo con la gente, también con los pobres perritos y gatitos que en estas fechas sufren bastante con el estruendo de los artefactos pirotécnicos.
- Hay que vigilar a los chicos para evitar que jueguen con pirotécnicos.
- Las personas que deciden encender pirotécnicos deben ser adultas y hacerlo en lugares abiertos, lejos de otros.
- Nunca se debe comprar pírotécnicos detonantes, que son los que explotan, sino los deflagrantes, que emiten luces.
- Cuidemos a las mascotas que son especialmente nerviosas con los ruidos fuertes, pues sufren bastante”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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