
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de res con frijoles, arroz blanco graneadito y rocotito molido. Para la buena digestión, una manzanilla caliente. “María, se acerca el último mes del año y en las calles y centros comerciales ya se viven la Navidad y el Año Nuevo. La fecha es importante para recordar que más de cuatro millones de peruanos tienen un problema mental, siete de cada diez son mujeres y la mayoría adolescentes.
Pero lo más triste es que solo uno de cada cinco casos recibe algún tipo de atención. ¡Cuántas personas están andando por las calles con esquizofrenia, ansiedad, depresión y muchas otras sin recibir tratamiento! El Estado no tiene políticas adecuadas para afrontar este grave problema, que genera gran dolor y daño económico a sus familias. El país necesita más hospitales y especialistas en salud mental. En el Perú, la depresión es el trastorno de la mente más común, porque afecta al menos al 20 por ciento de la población.
La ‘depre’ no se soluciona, como muchos creen de forma equivocada, solo con la ‘actitud positiva’. Los expertos dan los síntomas más recurrentes de este mal:
- La persona tiene el ánimo bajo o es irritable la mayoría de veces.
- Hay grandes cambios en el apetito, con aumento o pérdida de peso.
- Tiene dificultad para conciliar el sueño o, al contrario, mucho sueño.
- Muestra cansancio y falta de energía, sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
- Sufre problemas para concentrarse, así como movimientos lentos o rápidos.
- Expresa sentimientos de desesperanza y abandono, olvida su cuidado personal, tiene sentimientos repetitivos de muerte o suicidio.
En los niños, los síntomas pueden ser distintos, así que se deben vigilar los cambios en el rendimiento escolar, el sueño y el comportamiento. Si cree que su hijo puede estar deprimido, busque ayuda profesional. Toda persona con depresión necesita apoyo, cariño, compañía y comprensión de su familia”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.








