Mi amigo Gary llegó al restaurante por su pollo a la olla con pallares de Ica, ensalada de cebollita y su refresco de cocona.
“María, Juanita Mendoza no pudo soportar las quemaduras que le causó, en el 80 por ciento del cuerpo, su cuñado Esneider Estela Terrones, un salvaje que la atacó en venganza contra su expareja, la que ya no quería volver con él porque era un vago bueno para nada, drogadicto y encima pegalón. Esa infausta tarde, Juanita vendía porciones de salchipollo en su puestito ambulante en una calle de Cajamarca. El agresor ya está en prisión, pero acusado de homicidio calificado y no de feminicidio. Es decir, le podrían dar de 15 a 35 años y no una pena que llegue hasta la cadena perpetua. Así de injustas son las autoridades ante un delito tan grave y aborrecible. Da cólera que tipos como este animal, el asesino de Eyvi Ágreda o el ‘Monstruo de la bicicleta’, que violó y mató a la niña Jimenita, tengan que ser mantenidos en prisión, donde cuentan con techo, comida y hasta médicos cuando se enferman, con dinero que sale de los bolsillos de todos los peruanos. Reclusos tan peligrosos como los violadores y feminicidas deberían ser confinados de por vida en cárceles como la de Yanamayo o ‘El Sepa’, esa colonia agrícola que hasta hace décadas había en la selva y donde los presos tenían que cultivar la tierra para producir su alimento.
A estas bestias les deben dictar cadena perpetua sin reparos, pues siempre serán un peligro para la sociedad. Muchos de los violadores y feminicidas han vuelto a cometer el mismo delito luego de cumplir unos años de prisión impuestos por algún tremendo juez. No hay forma de que estas personas se regeneren y se puedan reinsertar en la sociedad, pues ya están hechas para el mal y en su mente perversa siempre van a aflorar retorcidos pensamientos que, lamentablemente, llevan a la práctica y causan nuevas desgracias. El número de feminicidios y tentativas se ha elevado en forma alarmante en los últimos meses. Entre enero de 2009 y diciembre de 2017 se contabilizaron mil 53 víctimas de feminicidio. En lo que va del 2018 se han registrado 122 casos y la mayoría fue por asfixia y estrangulamiento, ataques a balazos y a cuchilladas, pero en los últimos meses, varias mujeres fueron quemadas.
Ya es tiempo de que se tomen medidas más drásticas contra estos energúmenos que, por su culpa, muchas veces sus hijitos se quedan solos en el mundo. Otros cobardes, incluso, se suicidaron luego de asesinar a su pareja. Si no se puede aplicar la pena de muerte, que impongan medidas más duras contra estos criminales”. Tiene razón mi amigo Gary. Me voy, cuídense.
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