Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tallarín verde con su bistec jugoso montado para chuparse los dientes. Para calmar la sed pidió una jarrita con agua de maracuyá. “María, la ya forma parte de nuestras vidas. Esta tecnología que viene a revolucionar el mundo hará una nueva sociedad y reconfigurará el mundo laboral, legal, personal y mucho más. Por eso debemos estar preparados.

Expertos afirman que la IA tiene el potencial de generar numerosos cambios positivos en la sociedad, incluida una mayor productividad, una mejor atención médica y un mayor acceso a la educación. También, ayudar a que nuestra vida diaria sea más fácil y cómoda. Pero ojo, hay que prepararse. El Foro Económico Mundial ha estimado que la Inteligencia Artificial reemplazará unos 85 millones de puestos de trabajo para 2025.

Por eso, en esta columna siempre hemos pedido a los jóvenes que estudien todo lo que tenga que ver con este tema: robótica, sistemas y transformación digital. Se cree que para mediados de la década de 2030, hasta el 30 % de los empleos serían automatizables, y que a largo plazo un número mayor de hombres se verían afectados a medida que los vehículos autónomos y otras máquinas reemplacen las tareas manuales.

Este es un gran debate. ¿Qué harán las personas para ganarse la vida ahora que las máquinas nos quitarán el empleo? Es un gran debate. Porque la IA hará el trabajo en los bancos, las escuelas, las fábricas, las comunicaciones, la prensa, la medicina, la guerra, los viajes, en los quehaceres del hogar y en mucho más.

Hemos abierto la Caja de Pandora y es imposible cerrarla. Solo debemos adaptarnos y formular un nuevo pacto social para que la humanidad sobreviva a este impacto. Debemos tener cuidado para que no se cumpla lo de la película ‘2001: Odisea del espacio’, de Stanley Kubrick, donde una máquina con IA se apodera de todo y mata a los tripulantes de una nave espacial”. Me voy, cuídense.

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