Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una rica sopa criolla y, de segundo, un estofado de res con papita amarilla. Para tomar, una jarrita de emoliente. “María, los peruanos debemos estar advertidos ante el grave peligro que representan las bandas de colombianos que, desde hace tiempo, operan en el país. Estos delincuentes llegan con miles de dólares sucios, generalmente del narcotráfico, para ‘lavarlo’ haciendo préstamos a bodegueros, peluqueras, sastres, amas de casa, carpinteros, soldadores y hasta policías y militares. El capital y las ganancias se las llevan a su tierra. La modalidad que emplean es nueva acá y se denomina ‘gota a gota’. Se muestran amables y sonrientes para ganarse la confianza al momento de ofrecer la plata, que deberá ser devuelta por el incauto en solo 20 días, con pagos diarios. Los intereses son en promedio del 40 por ciento, mucho más alto que lo que cobran los bancos y financieras. Los problemas surgen cuando alguien se atrasa en pagar. Aparte de cobrar el 100 por ciento de interés por la mora, estos delincuentes, que andan armados, primero amenazan de mala forma y humillan al que se atrasó. Incluso, no tienen problemas en golpearlo, así sea mujer, y hasta le roban y destrozan el negocio.

Si la víctima sigue sin poder pagar, entonces pueden llegar a matarla, como ya ha ocurrido decenas de veces. Estas mafias operan en un centenar de ciudades en todo nuestro país. Desde Lima hasta Ucayali y desde Tumbes hasta Tacna. El peligro es realmente grande. Algunos de estos criminales ya han sido capturados y devueltos a su país, pues encima llegan indocumentados, de manera ilegal. Pero siguen viniendo más. Mucha gente necesita dinero, porque los múltiples gastos de la casa y las deudas los tienen agobiados. Por eso, sin conocer el serio problema en que se están metiendo, aceptan este tipo de préstamos ilegales que podría costarles la vida. Como decía, la policía sigue atrapando a estos criminales, pero ya es tiempo de que el gobierno encare el problema con mayor decisión y expulse a estas mafias. De lo contrario, se establecerán para cometer otros delitos. Las personas que hacen préstamos deben pensarlo muy bien antes de pedir uno al banco. No es nada recomendable acudir a los usureros y, mucho menos, a estas mafias colombianas a las que hay que denunciar a la Policía. Primero hay que preguntarse: ¿podré pagar este préstamo? Luego, se deben ver los intereses que te cobran y las moras ante posibles atrasos en los pagos. No sacar un préstamo si no es absolutamente necesario y solo la cantidad justa para cancelar en el menor tiempo que pueda, para reducir intereses. Lo ideal es ahorrar cuando se puede, no hay que derrochar; para cuando se necesite dinero, se usen estos ahorros”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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