Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su sopa a la minuta con bastante fideo cabello de ángel y un lomo saltado a lo pobre. Para tomar, se pidió una taza de manzanilla calientita. “María, si de algo se puede enorgullecer una persona es de su honestidad, uno de los valores morales más importantes, que mantiene limpia tu conciencia y saca todas las piedras del camino. Porque una persona honesta, sin manchas e intachable, avanza erguida y con la frente en alto por donde quiera que vaya. Puede preciarse de tener dignidad. Lamentablemente, en todo círculo social, en el colegio, la universidad, el barrio o el trabajo, nos podemos tocar con gente deshonesta. Personas que actúan sin transparencia, que traicionan sus principios y muestran una conducta que merece el desprecio. En todo centro laboral, la honestidad y la transparencia consigo mismo y con las demás personas son muy importantes para el crecimiento, la productividad y la competitividad de la empresa. Los empleados deben actuar siempre bajo los principios éticos que promueve su centro laboral, teniendo muy en claro que el rompimiento de alguna de estas normas tendrá consecuencias negativas. La traición, el egoísmo, la intolerancia, el irrespeto, la falsedad y la hipocresía son antivalores hermanos de la deshonestidad. Todos son repudiables. Aquí te dejo unos tips que refuerzan el valor de la honestidad:
* Dile no a los elogios que no son sinceros y a excusas para justificar conductas que no son correctas.
* Cuando te relaciones con los demás, sé tú mismo. Que ellos te respeten y viceversa.
* Recuerda que una mentira, por más pequeña que sea, es como una bola de nieve que crece.
* Siempre piensa cómo te sentirías tú si alguien te mintiera. No hagas a otros, lo que no quieres que hagan contigo.
* Relaciónate con grupos leales, que tengan congruencia entre palabras, pensamientos y hechos.
* Piensa y actúa de manera justa, no te dejes llevar por la ambición o por favorecer a quien tiene el control. Además, jamás dejes que la cólera te domine.
* Evitar la murmuración, la crítica destructiva, la injuria, la calumnia y el chisme.
* Acepta que tienes defectos y debilidades, acepta los de los demás, pero sin aprovecharte de ellos.
* Establece tus límites para con los demás y de acuerdo a las leyes y normas.
* Escucha la opinión de los demás y si tienes algo que refutar dilo de frente”. Pucha, nuevamente mi amigo tiene razón. Me voy, cuídense.
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