Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una parihuela de pescado y mariscos, acompañada de arrocito blanco, con jugo de limón, y para tomar, un emoliente calientito. “María, con tantas malas noticias, los días, y encima con la crisis económica y la corrupción de los políticos, es fácil caer en el fastidio, la desesperanza y hasta en la angustia.

Con situaciones así como que no parece lógico tener esperanzas. Pero creo que en los peores momentos es cuando más se necesita del buen ánimo y de ser optimistas. Es importante mantener los ánimos arriba pues así nos aseguraremos las fuerzas para seguir trabajando y luchando por nuestras familias y por un país mejor. Algunos consejos de los que saben:

Practica la gratitud: Es necesario tomar conciencia de las cosas positivas que existen en nuestra vida y nos hacen sentir más esperanzados de que habrá cosas positivas en el futuro. Trata de escribir en un papel al menos cinco cosas buenas que tengas.

Debes ser realista. Es decir, es necesario aceptar que algunas cosas malas te van a pasar en la vida. Es lo natural. No se trata de pensar que cada día va a ser perfecto, sino de saber que en la vida sucederán hechos malos, pero tenemos que decirnos a nosotros mismos que seremos capaces de superarlos.

Planifica actividades que te entusiasmen. Por ejemplo, unas vacaciones, pero también son importantes las cosas pequeñas que nos hacen sentir plenos. Por ejemplo, tomar un café con un amigo, conversar con alguien a quien aprecias.

Visualiza un futuro mejor. Pero debe ser una imagen realista. Visualiza algo en el futuro que quieres que ocurra, imagínalo, y eso activará en tu cerebro tu actitud proactiva. Así tendrás más ánimos para trabajar y conseguirlo.

Rebélate a los pensamientos oscuros. Discute con tu voz interna que te transmite miedo, inseguridades, pereza, y formula argumentos sobre por qué las cosas te deben salir bien”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

MÁS INFORMACIÓN:

tags relacionadas

Contenido sugerido

Contenido GEC