Mi amigo, el fotógrafo , llegó al restaurante por un bistec a lo pobre, con arroz blanco graneadito, huevo y plátano fritos. “María, me visitó en la Redacción mi amigo, el periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. ‘Gary, junto a mi entrañable fotógrafo Jorge ‘Gordo’ Vega vi el asombroso inicio y consagración de , la leyenda viva de la pantalla chica, quien un día salió de su barrio victoriano y llegó a convertirse en una visionaria empresaria. Ser una joven madre soltera no le impidió, como mujer guerrera, criar a Ethel, su adorada hija única. Nunca se achicó. Trabajó de secretaria en una compañía de autos. De noche, en plumas y lentejuelas, con sus caderas de ensueño, era una tentación para los caballeros verla bailar en café-teatros miraflorinos. Saliendo de ‘La gata caliente’, aún con pestañas postizas y todo su glamour, se conmovió al ver a una anciana vendedora de caramelos y cigarrillos. Le colocó su casaca y puso en sus manos varias monedas. Sentí su alma bondadosa. Con incomparable carisma y rutilante figura, cautivó al libretista de ‘Risas y salsa’, en condición de actriz extra al lado de Amparo Brambilla y Analí Cabrera. De innato talento y espontánea para hablar sin parar, se convirtió en la engreída de las amas de casa a través de su ‘Aló, Gisela’, vía Canal 5, logrando histórica sintonía, y jamás perdió la sencillez. Así apareció ‘La reina del mediodía’.

Como promotor del diario, la llevé a los sorteos de crucigramas. Caminando por la avenida Wilson, una jovencita en sayonara, un tanto descuidada, la abrazó. ‘Gise’ sacó sus cosméticos y ¡en plena calle la maquilló! llena de cariño. Le regaló sus perfumes y la multitud estalló en aplausos. Con Radio Panamericana rendimos un homenaje por el ‘Día de la Madre’. Gina Parker, encantadora locutora, encabezó el programa en vivo junto a ‘La señito’. Recitó una sentida poesía escolar y, soltando algunas lágrimas, repartió productos de primera necesidad a madres de asentamientos humanos. De sus ojos solo salían corazones. Nada la tumbó, porque de fallidos matrimonios, se fue hasta la India en busca de espiritualidad. Contó que rechazó una ambiciosa propuesta de don Francisco para trabajar en Miami y le dijo: ‘Gracias, ahora no, porque mis raíces están en mi Perú’. Gisela es admirada por gente de todas las sangres. El único genuino amor que no le falla es el pueblo’”. Qué linda historia de lucha y esfuerzo. Me voy, cuídense.

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