
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un puré de papa con pollo al horno y su agüita de jamaica para el calor. “María, si el Gobierno pretende acabar de una vez con esta ola criminal que agobia a los peruanos, lo primero que debería hacer es cerrar las fronteras. No es posible que avezados asesinos, secuestradores y extorsionadores extranjeros entren como Pedro por su casa, sin que nadie los detenga. En especial en estos últimos meses se ha visto la entrada de lo peor de la tierra de Hugo Chávez, expulsados por la administración de Donald Trump en Estados Unidos.
Y como decíamos ayer, son estos extranjeros los más crueles y sanguinarios, capaces de matar niños o torturar mujeres con tal de conseguir lo que quieren. Nicolás Maduro, el autócrata venezolano, ha hecho lo que sus maestros cubanos hicieron en los años 80, en la crisis del puerto de Mariel: soltar a los presos más peligrosos de sus cárceles para que se vayan a otros países a seguir delinquiendo. Por eso, la tasa de criminalidad en Colombia, Ecuador, Perú y Chile se elevó de manera exponencial a partir de la diáspora venezolana.
Las policías de esos países se han visto desbordadas ante este accionar, que tiene todos los visos de una invasión militar extranjera. Por supuesto, no todos los que han llegado al Perú son malas personas. Muchos han venido a contribuir con nuestra economía y se han integrado a nuestra sociedad. Desde médicos a administradores, personal técnico y enfermeras. Pero la labor de la Policía y la autoridad debería estar de manera prioritaria en expulsar a los hampones e ilegales, y hacer de nuestras fronteras una línea inexpugnable.
Presidente Jerí, envíe a las Fuerzas Armadas, arme campamentos y patrulle las fronteras norte, sur y oriente. Estamos en guerra contra el hampa organizada que todos los días asesina choferes, empresarios, amas de casa y agentes. Como dice el coronel Víctor Revoredo, jefe del nuevo grupo antiextorsiones de la PNP, grupos como el Tren de Aragua son transnacionales y se les debe abordar de forma conjunta con otros países”. Me voy, cuídense.








