El Chato Matta llegó al restaurante por una espectacular jalea de mariscos con cremitas, rocoto y una jarra con limonada frozen. “María, me timbró el gran Pancholón, amo y señor de la noche, la cochinadita y el dame que te doy. ‘Chatito, baja urgente para el último saunita del año con hierba fresca. La vida es una sola, papá, somos los que somos, solo cuídate de los envidiosos y malaleche’.
Cuando llegué, lo vi abollado, pero contento, pues había jugado su último partido del año con los bravos de la Asociación de Abogados de Callao. ‘Causita, celebré los 25 años de mi engreída y contraté a Yavir y a la orquesta de moda, N’Samble, para que animen el ‘cumple’ a lo grande. Estuvieron presentes los compañeros de trabajo de mi hija, quienes no podían creer que estuvieran estos grandes artistas en mi casa. Sacaron sus celulares para grabar y lo primero que hicieron Charles y Sandro, dueños de la orquesta, fue dedicarme su canción ‘Me vas a extrañar’:
‘Saludos para el viejo zorro Pancholóooooon. ‘Los besos de mi boca no fueron suficientes/ para que te quedaras conmigo para siempre/, no me alcanzó el cariño para ver que contenta/ te amaba como un loco y no te diste cuenta/ Me resultaron falsas toditas tus palabras/ tus manos me mentían cuando me acariciaban/ de qué sirvió rogarte para que te quedaras/ mi error fue darte todo, cuando no vales nadaaaa/ Me vas a extrañar/ te apuesto lo que quieras que vas a buscarme/ y vas a llorar porque tú a mí jamás supiste valorarme/ te vas a acordar (zorro viejo) de todas nuestra travesuras, pero será muy tardeeeeee’.
‘Chato, en febrero es mi cumpleaños y la verdad es que en este 2024 que ya se va me encerré con muchas mujeres en La Posada, les hacía el amor, pero no estaba enamorado de ninguna. Llegaba a mi casa y me sentía solo.
Me dio la pensadora y recordé todos los países que visité cuando relataba los partidos de futbol. Dejé varios amores, de diferentes países, hasta rusas que me decían al oído ‘Yo le amo a Pancholón’. En la Copa América de Estados Unidos hice mi famoso ‘salto del chanchito’ en un yate frente a Miami. A veces pensaba ‘esta mujer es para mí’, pero luego me desanimaba.
A mi edad, ninguna mujer me va a ‘comer cerebro’. Por este pechito han pasado damas muy guapas y de cuerpo escultural, también sangronas, tóxicas, egoístas, hipócritas, calculadoras, de todo. Yo no soy un hombre que va a la caza de alguna mujer cuando asisto a una reunión. Al contrario, me hago el interesante. Soy un cotizado abogado, relator, animador, me va bien, pero me falta el gran amor de mi vida.
La noche me mueve, el tinte y colorete rojo me excitan. Me pongo virolo. La ‘tóxica’ me pide casarnos y yo le tengo terror al matrimonio. Mi gran defecto es ser infiel, y la frase que siempre le digo a mis salientes es ‘el que se enamora pierde’.
Feliz 2025, yo lo recibiré en La Posada haciendo el amor con la grandota, tomando champán, así el médico me haya dicho que tenga cuidado con la próstata’”. Ese señor Pancholón no tiene cura. Va a acabar viejo y solo por cochino y sinvergüenza”. Me voy, cuídense.
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